Tiene 150 kilómetros, buena señalización, gran belleza, baja dificultad, aunque le hacen falta más albergues
Cada vez más peregrinos españoles escogen caminar a pie o en bicicleta, desde la ciudad lusa de Oporto hasta Santiago de Compostela, por el Camino Portugués por la Costa. Lo hacen animados por su gran belleza, ya que discurre junto al litoral, y por su tranquilidad, baja dificultad, buen trazado y señalización hasta llegar la Valença do Minho, localidad fronteriza con Tui, en Galicia. Cada vez más familias lo recorren también con los pequeños de la casa, aunque se hace necesario reservar con antecedencia los alojamientos porque tiene pocos albergues.
El primer trimestre de 2018 el número de peregrinos en esta ruta jacobea, según los datos facilitados por la Oficina del Peregrino de Santiago, ha aumentado más de un 86% respecto al mismo trimestre del año anterior y “todo apunta a que crecerá más los próximos meses estivales, tradicionalmente escogidos por la bonanza climatológica y por coincidir con la época vacacional para peregrinar”, confirma a COPE Óscar Miguel, responsable del único albergue de peregrinos de Oporto.
Tenemos que remontarnos hasta 1097, cuando Portugal no existía como tal y era el Condado Portucalense, para encontrar sus primeros peregrinos ilustres, los condes Don Enrique y Doña Teresa, que lo escogieron para ir a pié hasta Compostela por sus senderos, pegados a la costa atlántica, que se mantienen en el trazado actual de dicho camino, de 149,5 kilómetros dividido en siete etapas, que se pueden alargar según la preparación física de cada peregrino.
A pesar de ser una de las rutas jacobeas más antiguas, entre el siglo XVIII y finales del XX, estuvo bastante olvidada por parte de los peregrinos. Hubo que esperar hasta 2007, cuando los diez ayuntamientos que atraviesan el Camino portugués por la costa en territorio luso, Oporto, Matosinhos, Maia, Vila do Conde, Póvoa de Varzim, Esposende, Viana do Castelo, Caminha, Vila Nova de Cerveira y Valença, se pusieron manos a la obra con un objetivo común: revitalizarlo, potenciarlo, tras varias décadas de ostracismo, para convertirlo en una referencia jacobea en todo el mundo, y facilitar la peregrinación de los caminantes, con una única señalización para todo el Camino, preservando su trazado original medieval, aunque adaptandolo al siglo XXI.
En la dinamización del Camino luso por la costa han participado muchos particulares, peregrinos y amantes de todo lo que tenga que ver con el Camino de Santiago, como es el caso de Nuno Barbosa que guía a la Cadena Cope por una de las etapas más bonitas, entre Viana do Castelo y el albergue de la Casa do Sardão un auténtico paraíso y remanso de paz para el peregrino, instalado en una casa de piedra, con vistas al mar del siglo XVI. El responsable del albergue, Hugo Lopes, confiesa que no ha tenido ninguna ayuda para llevar a cabo su proyecto que ha llevado adelante por solidaridad y por su amor por el fenómeno jacobeo. Es por ello, que dado el gran aumento de número de peregrinos en el Camino Portugués por la Costa se hace necesaria la construcción de más albergues y lugares de atención al peregrino en las siete etapas.
Leído en Cope.es