En Pontevedra, en los salones del Liceo Casino, se respiraba ambiente de Camino. Hospitaleros llegados desde albergues de todo el Camino Portugués —tanto del trazado tradicional como del Camino Portugués por la Costa— se reunieron para compartir algo más que anécdotas: compartieron ilusión, preocupación y una certeza que pocos discuten ya. El Camino Portugués vive un éxito imparable… y ese mismo éxito empieza a preocupar a quienes están cada día en primera línea de la acogida.
La Federación Internacional de Asociaciones de Amigos del Camino Portugués a Santiago (FIACPS) celebró allí la XXIV edición de su encuentro de hospitaleros, un congreso que lleva 24 años reuniendo a voluntarios sin haber faltado ni siquiera en tiempos de pandemia. Al frente, como siempre, el pontevedrés Tino Lores, una de las voces más autorizadas cuando se habla de esta ruta hacia Compostela.
Un congreso con récord de hospitaleros en Pontevedra
El encuentro de este año batió récord de asistentes: más hospitaleros que nunca, representando albergues desde Lisboa hasta Galicia. Ese dato, que podría quedarse en simple curiosidad, dice mucho de la vitalidad del Camino Portugués y del compromiso de quienes sostienen la acogida día a día.
En el salón del Liceo Casino se sentaron, codo con codo, hospitaleros veteranos y recién llegados. También autoridades: el alcalde de Pontevedra, Miguel Anxo Fernández Lores; el director de Turismo de Galicia y responsable del Plan Xacobeo, Xosé Manuel Merelles; representantes de la Iglesia y de la Diputación. No era una reunión cerrada en sí misma, sino un espacio donde la red de acogida tradicional se miraba en el espejo de las instituciones que gestionan la gran “marca” Camino de Santiago.
Uno de los momentos más emotivos fue el homenaje a los hospitaleros que ya no están, personificado en la figura de Manuela Seco, voluntaria fallecida apenas unos días antes del encuentro. Un recordatorio de que detrás de cada cama preparada, de cada olla de pasta compartida y de cada sonrisa al recibir al peregrino, hay personas de carne y hueso que han hecho del Camino una forma de estar en el mundo.
Camino Portugués y Camino por la Costa: el gran “boom” jacobeo
Cuando Tino Lores habla de “preocupación y éxito” en el Camino Portugués, no lo hace en abstracto. Los números respaldan esa sensación. En 2024, el Camino Portugués tradicional superó los 95.000 peregrinos, mientras que el Camino Portugués por la Costa alcanzó alrededor de 74.700, situándose juntos muy cerca de las cifras del histórico Camino Francés.
Lejos de frenarse, la tendencia continúa al alza. En el caso del Camino Portugués por la Costa, el salto ha sido aún más llamativo: en 2024 creció más de un 40% respecto al año anterior y se ha consolidado como una de las rutas que más rápido crecen en el conjunto de los Caminos de Santiago.
No es extraño, por tanto, que en Pontevedra se hable de la posibilidad de que, en pocos años, el Camino Portugués —sumando sus dos variantes principales— pueda igualar, e incluso superar, al Camino Francés en número de peregrinos.
Pontevedra, corazón de la acogida en el sur de Galicia
Pontevedra se ha convertido en una especie de “cámara de resonancia” de este auge. El albergue público de peregrinos, gestionado con hospitaleros voluntarios, ha alcanzado este verano su capacidad máxima de 86 plazas, a un precio de 10 euros, y lleva tiempo colgando el cartel de completo en los días punta.
Quien haya llegado caminando a la ciudad sabe que no es solo cuestión de números. Pontevedra es un nudo donde confluyen historias: peregrinos que vienen del Camino Portugués tradicional, otros que acaban de dejar atrás la brisa del Atlántico en el Camino por la Costa y quienes planean enlazar con la Variante Espiritual hacia la ría de Arousa. Esa mezcla hace que la ciudad viva el Camino no solo como un fenómeno turístico, sino como parte de su identidad cotidiana.
¿Éxito o masificación? El temor de los hospitaleros
El mensaje de fondo del congreso fue claro: el crecimiento es bienvenido, pero no a cualquier precio. Los hospitaleros trasladaron una preocupación muy concreta: que el Camino Portugués, si sigue esta tendencia, acabe reproduciendo algunos de los problemas de masificación que en determinadas épocas ya se viven en el Camino Francés.
Lores insistió en algo que cualquier peregrino veterano reconoce: el Camino no debería convertirse en una carrera por conseguir cama. Cuando la única preocupación es llegar antes que el de al lado para asegurarse un colchón, se resienten la convivencia, la solidaridad y, en definitiva, el espíritu jacobeo.
Por eso, desde la FIACPS se lanza un doble llamamiento. Por un lado, a los peregrinos, para que planifiquen mejor su ruta: informarse con antelación, preguntar por la disponibilidad de plazas, evitar en lo posible los grupos muy numerosos y considerar alternativas de fechas o de ruta. Por otro, a las administraciones, para que reflexionen sobre la necesidad —cada vez más demandada— de permitir algún sistema de reserva en los albergues públicos, evitando situaciones de tensión que nada tienen que ver con la tradición de hospitalidad.
En estos albergues duerme gente de todas las edades: desde familias con bebés en mochilas portabebés hasta caminantes que rozan o superan los noventa años. Pero el perfil predominante sigue siendo el de gente joven, muchas veces con recursos ajustados para quienes la posibilidad de dormir por un precio bajo o a donativo marca la diferencia entre poder hacer el Camino o no.
Hospitalidad voluntaria frente a la presión de las cifras
Otra cuestión que sobrevuela estos encuentros es la sostenibilidad de la acogida voluntaria. Muchos albergues públicos del Camino Portugués funcionan gracias a equipos de hospitaleros que dedican días, semanas o meses de su vida a recibir peregrinos, sin remuneración, como parte de una tradición que hunde sus raíces en los antiguos hospitales medievales del Camino.
El incremento constante de caminantes supone también más trabajo, más desgaste y más responsabilidad. De ahí la importancia de que los peregrinos entiendan que no llegan a un “hotel barato”, sino a un lugar gestionado desde la generosidad y la confianza. Ser respetuosos con las normas de la casa, cuidar las instalaciones, colaborar en las tareas comunes o en el donativo cuando lo hay, son pequeños gestos que ayudan a que este modelo pueda seguir vivo.
La buena noticia es que, como recordaba Tino Lores, nunca faltan voluntarios. El récord de hospitaleros presentes en Pontevedra es la prueba de que, al menos por ahora, el corazón de la acogida jacobea sigue latiendo fuerte.
Consejos para evitar la masificación en el Camino Portugués
Si estás pensando en hacer el Camino Portugués —por el interior o por la costa— y te preocupa encontrarte con etapas colapsadas, colas en los albergues y carreras por la cama, hay cosas que puedes hacer para vivir una experiencia más tranquila y más fiel al espíritu del Camino.
1. Elige bien la época del año
Julio y, sobre todo, agosto concentran buena parte de las vacaciones en Europa y América. Eso se traduce en más peregrinos, más calor y mayor presión sobre los albergues, especialmente a partir de Tui y en las últimas etapas hacia Santiago. Si puedes, valora seriamente hacer el Camino en primavera (abril-junio) o en otoño (septiembre-octubre): el clima suele ser más suave y la afluencia de gente, aunque alta, es algo más amable.
2. Decide qué ruta encaja mejor contigo
El trazado clásico del Camino Portugués es hoy la segunda gran autopista jacobea, con un perfil de etapas muy accesible y un tejido de albergues público y privado muy consolidado.
El Camino Portugués por la Costa se ha disparado en popularidad en los últimos años, pero sigue ofreciendo, en muchos tramos, una sensación de mayor amplitud, mar de fondo y algo menos de presión que el interior en los días punta. Si te atrae caminar junto al Atlántico y te manejas bien con etapas algo más expuestas al viento y al tiempo, puede ser una excelente alternativa.
3. Infórmate bien sobre albergues y etapas
Antes de salir, merece la pena sentarse con calma a estudiar etapas y alojamientos. Herramientas como el listado de albergues del Camino Portugués o el resumen de caminos, etapas y albergues te permiten ver de un vistazo dónde vas a encontrar alojamiento público, dónde hay más oferta privada y en qué tramos conviene reservar con antelación.
Como norma general:
- Los albergues públicos suelen funcionar sin reserva, por orden de llegada y con precios muy ajustados.
- Los albergues privados permiten reservar y, en temporada alta, son una tabla de salvación si quieres olvidarte de las carreras.
Combinar ambas opciones es muchas veces la mejor estrategia.
4. Evita los grupos excesivamente grandes
Una de las preocupaciones que más repiten los hospitaleros es la aparición de grupos muy numerosos que colapsan, de golpe, un albergue o una pequeña localidad. Si vas con amigos, una asociación o un grupo organizado, intenta ser prudente: dividir el grupo en distintos alojamientos, evitar coincidir todos a la vez en los pueblos más pequeños y avisar con antelación cuando sea posible.
5. Flexibilidad: tu mejor aliada en ruta
Incluso con todo planificado, el Camino siempre sorprende. Llevar una cierta flexibilidad en tu esquema de etapas —poder alargarlas un poco si un albergue está completo o recortarlas si el cuerpo lo pide— te ayudará a sortear mejor los picos de afluencia.
Si te ves obligado a cambiar planes, recuerda que el Camino Portugués ofrece muchas opciones: pueblos intermedios, albergues algo retirados del trazado principal o pequeñas pensiones que pueden salvarte la noche.
Un futuro inmediato: el reto del equilibrio
Mientras en el Liceo Casino se hablaba de cifras, plazas y reservas, en el fondo de muchas intervenciones asomaba la misma idea: el reto de los próximos años será encontrar el equilibrio entre un Camino vivo, diverso y económicamente importante para los territorios que atraviesa, y un Camino que siga siendo espacio de encuentro, silencio, hospitalidad y cuidado mutuo.
De cara al futuro Año Santo de 2027, todo apunta a nuevas cifras récord de peregrinos. La Xunta ya trabaja en planes de mejora de infraestructuras y seguridad, mientras que asociaciones y hospitaleros piden que, además de obras, se cuide la esencia.
Quizá por eso, al cierre del encuentro, cuando Tino Lores expresaba su deseo de celebrar el 25 aniversario de este congreso “si el apóstol quiere”, muchos de los presentes no pensaban solo en un número redondo. Pensaban en seguir recibiendo peregrinos con la misma calma, humanidad y alegría con la que comenzaron hace casi un cuarto de siglo.
El Camino Portugués seguirá creciendo. Lo importante es que, al mismo tiempo, sigan creciendo la responsabilidad, la conciencia y la sensibilidad de todos: administraciones, hospitaleros y, por supuesto, peregrinos.
FAQs —Preguntas frecuentes sobre el Camino Portugués y la masificación
¿Está masificado el Camino Portugués?
¿Qué puedo hacer para evitar problemas de alojamiento?
¿Se puede reservar en los albergues públicos del Camino Portugués?
¿Es mejor elegir el Camino Portugués tradicional o el Camino por la Costa para huir de la masificación?
¿Son recomendables los grupos organizados grandes en el Camino Portugués?
¿Qué papel juegan los hospitaleros voluntarios en esta situación?
¿Dónde puedo consultar estadísticas oficiales sobre el número de peregrinos?
Artículo basado en la información publicada por Faro de Vigo el 21 de septiembre de 2025, ampliado y adaptado para peregrinos.


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