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Descripción general
La etapa es llana, corta y sin servicios intermedios; en la primera mitad avanzamos junto a la N-630 y, más adelante, caminamos por descampado directamente hacia Mérida, capital de Extremadura. Fundada por el emperador Octavio Augusto con el nombre de Augusta Emerita, llegó a ser uno de los más importantes asentamientos del Imperio Romano en Hispania.
El río Guadiana nos da la bienvenida a la ciudad que sirvió como ciudad de retiro para los soldados eméritos o veteranos y que llegó incluso a ser la capital del Reino Visigodo de Hispania.
Esta etapa, por su longitud, es perfecta para poder conocer Mérida, que conserva numerosos monumentos de interés.
A tener en cuenta…
Quienes hayan pernoctado en la etapa anterior en Almendralejo tendrán que recorrer una distancia total de casi treinta kilómetros.
Si no queremos andar “saltando” entre el camino paralelo a la nacional y el arcén podemos seguir siempre por este último, prestando mucha atención al tráfico y caminando lo más pegados posible. Esta etapa no supone dificultades añadidas para ciclistas o personas con movilidad reducida.
Volvemos a hacer hincapié en protegerse del sol y del calor sobre todo en época estival con sombrero, protección solar y agua abundante, sobre todo teniendo en cuenta que no hay servicios intermedios.
Albergues y otros alojamientos
→ Torremejía
- Albergue Rojo Plata | 18 lit. | 12€ lit. | Todo el año | Reserva online |
- Otros alojamientos en Torremejía
↓ 15,3 Mérida
- Albergue de peregrinos de Mérida “Molino de Pancaliente” | 16 lit. | 10€ lit. | Todo el año | (Cerrado del 1 al 31 de agosto)
- Otros alojamientos en Mérida
Nota: precios orientativos, sujetos a posibles variaciones según disponibilidad y temporada.
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Descripción detallada
Jornada de transición, es decir, puro trámite. Toca una etapa corta, bastante sosa y sin demasiadas complicaciones. Eso sí, el final merece mucho la pena: llegamos a Mérida, primera ciudad importante que nos encontramos en la Vía de la Plata tras salir hace ya nueve días de Sevilla. La brevedad del recorrido permitirá aprovechar la tarde para disfrutar de la antigua Augusta Emerita.
El recorrido desde Torremejía es de unos 15 kilómetros y prácticamente llano (realmente tiene un ligerísimo descenso hasta el valle del Guadiana). No hay poblaciones intermedias ni abunda la sombra.
La etapa consta de dos tramos distinguibles. El primero acompaña aproximadamente siete kilómetros la N-630, que afortunadamente en esta parte tiene poco tráfico. Se sale de Torremejía siguiendo dicha carretera y, al poco, veremos la posibilidad de incorporarnos a un carril de tierra que va en paralelo por la derecha. Si llueve, es posible que convenga seguir por el arcén en todo momento. La vereda fluctúa varias veces, obligándonos a tomar sí o sí el asfalto en algunas ocasiones. Mucha precaución con los cruces y los tramos compartidos (hay carteles para avisar a los conductores).
Como se ha indicado, a los siete kilómetros, toca abandonar la Nacional. Será a la altura de la Finca Dehesa de las Rozas, que veremos a la derecha. En esta segunda mitad, el camino comienza a separarse de la carretera para avanzar entre viñedos por senderos de tierra. La ligera inclinación descendente del terreno nos permitirá ver ya a lo lejos Mérida y el río Guadiana.
Sobre el kilómetros 11, alcanzamos una granja de cabras y poco después pasamos unos edificios dispersos y las primeras casas de la ciudad. Nos incorporarnos a la carretera BA-89 y pasamos bajo la N-630 por un túnel. A escasos metros, accedemos a un agradable parque junto al río.
El Guadiana lo vamos a cruzar por el imponente Puente Romano. No hay tráfico, así que se puede disfrutar de la entrada en la capital extremeña. Al acabarlo, veremos el monumento de la Loba Capitolina. Ahora hay que seguir a la izquierda por el Paseo Romano. Justo después de la próxima glorieta (donde termina el Puente Lusitania), andamos unos metros por la avenida José Fernández López hasta que alcancemos el albergue de peregrinos, que ocupa un antiguo molino junto al río.
Que la etapa sea corta permite llegar relativamente frescos a la capital extremeña y, lo mejor de todo, con tiempo para disfrutar de su espectacular patrimonio. La ciudad se fundó en el 25 a.C. por el emperador Octavio Augusto como retiro de los soldados veteranos, de ahí su nombre Augusta Emerita. Hay mucho que visitar en esta ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco: el teatro romano, el circo, el anfiteatro, el Templo de Diana, el Arco de Trajano o los restos del foro. Por suerte para el cansado peregrino, Mérida es una ciudad muy cómoda de ver, ya que gran parte de sus monumentos están bastante próximos unos de otros.
Para quien no conozca Mérida, el final es un gran aliciente en esta etapa bastante sosa. Afortunadamente, la cosa cambia en la próxima jornada: volvemos a reencontrarnos con la dehesa y con paisajes más bellos.
No dejes de ver…
- Teatro romano — Mérida.
- Anfiteatro romano – Mérida.
- Museo Nacional de Arte Romano – Mérida.
- Plaza de España – Mérida.
No dejes de probar…
- Gazpacho.
- Ajo blanco.
- Legumbres guisadas.
- Patatas al rebujón.
- Carnes de caza.
- Truchas.
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