El Camino de Santiago no solo es una experiencia transformadora, espiritual o deportiva, sino también un reto físico que expone al peregrino a las condiciones naturales del entorno. Uno de los riesgos poco conocidos pero importantes es el de las picaduras de garrapata, especialmente en las etapas gallegas del Camino Francés.
Afortunadamente, una reciente investigación de la Universidad de Santiago de Compostela (USC) arroja luz sobre cómo prevenirlas y dónde están los puntos críticos de riesgo.
Un estudio para proteger al peregrino
La investigación, desarrollada por Susana Remesar Alonso, profesora del Departamento de Patología Animal de la USC, forma parte de un proyecto financiado por la Cátedra del Camino de Santiago y de las Peregrinaciones, fruto de la colaboración entre la USC y Turismo de Galicia.
El objetivo principal ha sido determinar las zonas de mayor riesgo de picadura de garrapata en las etapas que van desde O Cebreiro hasta Santiago de Compostela, uno de los tramos más transitados de la ruta jacobea.
¿Por qué son peligrosas las garrapatas?
Las garrapatas son artrópodos hematófagos (se alimentan de sangre) y están consideradas uno de los vectores más importantes de enfermedades zoonósicas. En Galicia, muchas de ellas portan patógenos como Borrelia, Rickettsia, Anaplasma o Babesia, capaces de provocar infecciones como la enfermedad de Lyme.
La especie más frecuente identificada ha sido la Ixodes ricinus, muy presente en zonas húmedas y boscosas, que coincide con gran parte del paisaje gallego del Camino Francés.
Zonas de mayor riesgo
El estudio delimita los puntos donde es más probable encontrar garrapatas, concentrándose especialmente en tramos:
- Con alta densidad de vegetación autóctona.
- Donde se combinan áreas sombrías y húmedas.
- Con presencia de animales silvestres que actúan como huéspedes intermediarios.
Esto incluye partes de bosque cerrado, caminos rurales estrechos y márgenes de sendas poco transitadas.
Medidas de prevención antes y durante la etapa
El estudio recomienda aplicar una estrategia preventiva dividida en tres fases:
1. Prevención antes y durante la caminata
- Caminar siempre por la parte central del sendero, evitando la vegetación de los bordes.
- Utilizar ropa clara y de manga larga, que facilite la detección de garrapatas.
- Usar calzado cerrado y calcetines altos.
- Aplicar repelentes específicos para garrapatas, especialmente en tobillos, cintura y cuello.
2. Revisión al final de la jornada
- Realizar una inspección minuciosa del cuerpo, especialmente en zonas como axilas, ingles, cintura, detrás de las orejas y rodillas.
- Revisar también la ropa y sacudirla antes de guardarla.
- Darse una ducha lo antes posible para facilitar la detección de posibles garrapatas.
3. ¿Y si ya me ha picado una garrapata?
- Extraerla con pinzas finas, sujetándola lo más cerca posible de la piel y tirando suavemente sin retorcer.
- Evitar el uso de aceites, calor o cortarla, métodos que aumentan el riesgo de infección.
- Guardar la garrapata en un bote con alcohol por si fuera necesario su análisis.
- Lavar la zona con agua y jabón.
- Si en los días siguientes aparecen síntomas como fiebre, fatiga o erupciones, acudir de inmediato a un centro médico con el bote para análisis.

Una amenaza invisible que se puede prevenir
Aunque no es motivo para alarmarse, las garrapatas pueden convertirse en un problema de salud real si no se toman medidas preventivas. El Camino de Santiago, especialmente en Galicia, atraviesa zonas con hábitats ideales para estos artrópodos, y por eso resulta esencial que los peregrinos estén informados.
Gracias a estudios como este de la USC, hoy tenemos herramientas para prevenir riesgos y garantizar que la experiencia del Camino sea lo más segura posible.
La prevención también comienza en el albergue
Al final de cada etapa, los albergues son un lugar ideal para poner en práctica la revisión corporal y de equipaje. Muchos peregrinos lo saben y aprovechan para compartir consejos y experiencias.
Si buscas un alojamiento adecuado para descansar y cuidarte, te recomendamos consultar los alojamientos disponibles en: Albergues en el Camino Francés – AlberguesCaminoSantiago.com
Conclusión: conocimiento y precaución para un Camino más seguro
El Camino de Santiago es una aventura inolvidable, pero también conlleva estar en contacto directo con la naturaleza. La clave está en el equilibrio entre el respeto por el entorno y la preparación personal.
Informarse, tomar medidas sencillas y prestar atención a los detalles puede marcar la diferencia. Así, cada peregrino podrá centrarse en lo verdaderamente importante: vivir intensamente su Camino, en conexión con el entorno, con los demás y consigo mismo.
¡Buen Camino!… y sin picaduras.