No es algo nuevo. Estos insectos de unos 1,8 mm suponen un auténtico quebradero de cabeza para los albergues del Camino desde Francia a Navarra. Se aferran a las mochilas y botas de los peregrinos durante el trayecto
Una efeméride reciente en la que el Orfeón Pamplonés triunfaba en el Kennedy Center de Washington y hacía historia en Nueva York: era el primer coro español en actuar en el Carnegie Hall.
Pamplona- Nueva York. Tan lejos. Tan cerca. Ese mismo mes, concretamente el 14 de octubre, estas dos ciudades padecían una plaga sin precedentes, casi bíblica. Aquel día, como si de una operación perfectamente coordinada se tratara, la sede de la ONU en Nueva York y el edificio del Albergue Jesús y María en Pamplona, padecían un indómito ataque de chinches que les obligaba a cerrar sendos edificios. En el caso de Nueva York, una de las ciudades más superpobladas del continente, esta epidemia alcanzó incluso las plantas más altas de los edificios y hoteles. Así lo confirmó el portavoz del secretario general de la organización, Martín Nesirky, unos 5.000 trabajadores tuvieron que abandonar la sede y reubicarse en un edificio próximo. Emplearon perros adiestrados para detectar la presencia de estos bichos.
Al otro lado del Atlántico, a unos 5.800 kilómetros, en una ciudad llamada Pamplona, y el mismo día en el que la ONU padecía el ataque de este ejército masivo de insectos, los responsables de un albergue para peregrinos del camino de Santiago, se esforzaban en erradicar una plaga de chinches a menor escala. Aunque cerraron el albergue durante tres días, al abrir de nuevo las puertas y recibir al primer peregrino, reapareció, “colgado de su mochila”, un nuevo brote.
No superan los 1,8 mm
Unos días antes de que aconteciese esta plaga en Nueva York, la web https://www.alberguescaminosantiago.com, dedicaba un reportaje a las chinches del Camino. Lo titulaba: Un Camino plagado de chinches. En este espacio, dedicado a la información y noticias sobre los albergues y otros alojamientos para peregrinos, daban a conocer el problema de esta plaga, manifestando que toda la Ruta Jacobea se encuentra infestada, “tanto en Francia como en España”, apuntaban, “lo que está provocando muchos problemas de salud a los caminantes”. La chinches, explicaban, se aferran a a las botas y a las mochilas del peregrino y caminan a su paso, de albergue en albergue. Durante el día, permanecen agazapadas. Casi invisibles al ojo humano. Se refugian en las grietas y hendiduras de los hospedajes. Y por la noche salen de la clandestinidad. Actúan. Buscan comida. Se alimentan de sangre. El cuerpo humano es su hospedero preferido. En su ausencia, eligen la sangre de las aves de corral, de ratones, ratas o murciélagos. Son capaces de movilizarse a grandes distancias para obtener alimento. Sus mordeduras generan hinchazón.
Las chinches no superan los 1,8 milímetros, pero uno solo es capaz de poner “en jaque” a un edificio entero de la ONU, y a toda una red de albergues en España. “Son muy difíciles de controlar y aniquilar”, explican los operarios del Parque de Desinfección del Ayuntamiento de Pamplona, “mientras los peregrinos se muevan”, manifiestan, “no hay nada que hacer”. Confiesan que es muy complicado exterminarlas porque se esconden entre los recovecos de las paredes y en el interior de los tubos de acero de las literas. Por este motivo, dicen, “hemos cambiado el método de fumigación. Ahora aplicamos un producto más directo, con humo. Así las alcanzamos”. Aconsejan que lo mejor para evitar estas plagas en los albergues es que sus interiores sean estancos.
“No podemos hacer nada”
Con la misma velocidad que las chinches se extendieron como la pólvora antes del verano, y ahora lo hacen en menor grado por el frío, también lo han hecho los comentarios de los peregrinos en los foros de Internet:
– “El 27 de Septiembre fuimos tres chicas las que nos quedamos en el Albergue Municipal de Jesús y María. En apariencia todo estaba bien, incluso nos dieron sabanas limpias. El problema vino después al acostarnos, las chinches nos devoraban. Por lo visto este problema lo tienen desde el verano y aún no han puesto remedio para evitarlo. ¿Donde esta Sanidad o el Ayuntamiento de Pamplona? – Carmen, Loly y Teresa”.
– “El 31 de septiembre estuvimos allí mi marido y yo. En principio, todo bien. Pero a la hora y media de acostarnos, cuando detectaron el calor del cuerpo, salieron de sus escondites…Mi marido se despertó por el picor y encontró 15 o 20 chinches en su colchón. Le picaron en la cara, cuello y manos. En la mía había menos pero también había. A la mañana siguiente supimos que también les picaron a otros peregrinos. Deben buscar una solución efectiva porque es un bicho muy molesto y desagradable…”
El 9 de noviembre, tras un último comentario, el Ayuntamiento de Pamplona reacciona. – “Hola Patricia, te comento que antes de enviar el mensaje del día 09/11/2010 envié el mismo al ayuntamiento y esto fue lo que contestaron : “Desde Turismo efectivamente se solicitó la realización de una desinsectación en el albergue de Jesús y María, que se llevó a cabo por los técnicos del parque de desinsectación municipal el día 13 de octubre. Nada más recibir este mensaje trasladamos la información al responsable de la gestión del albergue y todas las medidas pertinentes. Me lo voy a creer…”, terminaba la súplica. Y así fue. Dicho y hecho.
Ni un solo peregrino
El jueves 9 de diciembre fue un día para enmarcar en el calendario del Albergue Jesús y María de Pamplona. “No recibimos ni un solo peregrino”, expresa Mª Carmen Urtea, responsable del centro. Desde que ASPACE se hizo cargo en marzo del albergue , es la primera vez que no llega nadie a este hospedaje ubicado en la calle Compañía, muy cerca de la catedral. Lo achacan a algo casual. Nada que ver con la presencia de las chinches. Los peregrinos que accedan después de Reyes al albergue -no serán muchos- y se acerquen al mostrador, comprobarán que en el corcho hay colgado una nota oficial en el que informan que el hospedaje ha sido completamente desinfectado y desinsectado. La responsable informa que el 12 de octubre, tras comprobar la presencia de estos insectos -llevaban días picando a los peregrinos-, se procedió a la fumigación del edificio. “Se levantaron los 112 colchones de las camas y se llevó a cabo una desinfección total de las dos alas del edificio”. Sin embargo, aunque se blindó el edificio y se aisló durante tres días, hasta el día 15, con la venida del primer peregrino, se coló una nueva “huésped”. “Venía en la mochila”, se lamenta, “no podemos hacer nada. La trae el peregrino del campo”.
Tras una nueva fumigación interna -esta vez la realizaron los propios trabajadores-, sellando una de las alas del efificio. “Hemos dado con el producto”, expresa convencida Mª Carmen, “el 24 de enero volveremos a fumigar. De momento, la puerta permanecerá cerrada hasta después de Reyes”, anuncia.
Fuente: Diario de Navarra
Olá Pergrinos …
Basta de quejarse por las diminutas e indefensas “Chinches del Camino” lleven Espirales y otros Insecticidas en Aerosol dentro de sus mochilas o sahumerios de Citronella para no amargarse el viaje y dormir tranquilos.
Buen Camino 2011
Sásha Da Silva
PATAGONIA ARGENTINA