Alrededor de 7.500 peregrinos han pernoctado en lo que va de año en el albergue de Logroño, casi los mismos que durante los mismos meses de 2010, que fue Año Santo Jacobeo, pero tuvo mayor afluencia en meses no estivales, para evitar aglomeraciones
Francisco José Marín, presidente de la asociación cultural Ultreia, que se encarga de la gestión del albergue municipal desde febrero de 2010, ha detallado que en 2011 se ha recuperado la normalidad, con más peregrinos durante el verano.
Ha explicado que suele ocurrir en Año Santo Jacobeo que los caminantes europeos crean que los albergues van a estar saturados en verano y adelanten su peregrinaje a los meses de marzo o abril, o bien lo atrasen a septiembre u octubre. Esta situación se produjo principalmente en Navarra, La Rioja y Castilla y León, pero no en Galicia, que siempre tiene gran afluencia de peregrinos. Sin embargo, los españoles prefieren los meses de verano para hacer la Ruta Jacobea, por lo que desde Semana Santa las 68 plazas del albergue se llenan, así que el resto de peregrinos son alojados en la parroquia de Santiago, en el albergue privado de la plaza Martínez Flamarique o en pensiones de la ciudad.
Hasta el 15 de julio, durmieron en el albergue municipal un total de 7.069 peregrinos, de los que 3.487 fueron europeos, 2.273 españoles y los otros 1.309 procedían de otras nacionalidades. Entre los comunitarios, destacan los franceses, italianos, alemanes, seguidos de otros extranjeros, como estadounidenses y coreanos.
Como ya ocurrió hace unos años con el éxito del Camino entre los brasileños por el libro “El peregrino” de Paulo Coelho o de una novela sobre su experiencia jacobea del humorista alemán Hape Kerkeling, la reciente publicación de unos artículos en Corea ha animado a estos orientales a recorrer esta ruta milenaria. Marín también ha citado a la actriz estadounidense Shirley MacLaine, quien escribió el libro “El Camino, un viaje espiritual” tras hacer el Camino en 1994, cuando llegó “de incógnito” a Logroño y los responsables del albergue la acompañaron a cenar al “Café Moderno”, ha recordado.
Para evitar las incómodas plagas de chinches, que muchos veranos obligaban a cerrar el albergue durante unos días mientras se fumigaban las instalaciones, los actuales gestores han optado por intensificar la limpieza, que se desarrolla durante toda la mañana, desde las 8:00 horas. Además han adquirido unos colchones especiales sin costuras en los bordes, y por los siete euros que cuesta el alojamiento, se proporciona una funda deshechable a los peregrinos, que después se la pueden llevar para el resto de albergues.
Entre las curiosidades de este año, Marín ha citado la “pequeña huerta” que tienen en el patio, donde han colocado dos botas viejas que dejaron dos peregrinas de Wisconsin (Estados Unidos), quienes sembraron una planta de tomate y otra de fresas que ya han dado sus frutos. El albergue de Logroño tiene su propio perfil en la red social Facebook, donde los peregrinos agradecidos suelen dejar sus comentarios y que ha sustituido al antiguo libro de visitas.
Para celebrar la festividad de Santiago, mañana habrá una misa popular en la ermita de San Gregorio y una degustación de paella para todos los peregrinos.