Los albergues de peregrinos del Camino de Santiago en Asturias siguen sin contar con una regulación específica a pesar de que este aspecto era uno de las medias contenidas en el Libro Blanco del Camino de Santiago, presentado por el Gobierno asturiano en noviembre de 2016, con medidas para revitalizar los itinerarios de la ruta jacobea.
En aquel documento se planteaba la regulación de los alojamientos y la creación de la marca ‘Albergue de peregrinos‘, de uso exclusivo en centros homologados. En Asturias, buena parte de este tipo de complejos están en una situación ‘alegal’, dado que el decreto que impera en el Principado sobre albergues turísticos excluye expresamente de su ámbito de aplicación a aquellos “en los que el alojamiento se preste sin contraprestación económica o la cantidad abonada tenga el carácter de dádiva o donativo”.
También excluye el mencionado decreto a aquellos establecimientos “cuyo uso esté condicionado a la pertenencia a un determinado grupo, no estando abiertos al publico en general”. De esta forma, no existe en Asturias una regulación específica para los albergues de peregrinos. Aunque sí hay normas de utilización de estos establecimientos, aprobada por la Comisión Jacobea del Principado de Asturias, lo cierto es que carecen de soporte legal.
Es por esta falta de regulación específica por la que en el Libro Blanco presentado en Asturias en 2016, tras reuniones del Gobierno con ayuntamientos, Iglesia, asociaciones jacobeas y otras instituciones, se hacía una mención expresa a la necesidad de cubrir ese ‘vacío legal’, articulando normas específicas.
De esta forma, en el documento desde la Dirección General de Comercio y Turismo del Principado se apostó por proceder a una doble regulación. Para los albergues con ánimo de lucro se consideraba adecuado incluirlos en una modificación de la actual ley de albergues turísticos. En cuanto a los que funcionan sin ánimo de lucro (a base de cobrar
“la voluntad” o un donativo) se apuntaba a que fuese Patrimonio Cultural quien lo regulase, es decir, un departamento que depende de la Consejería de Educación y Cultura, sin competencias en Turismo.
De hecho, en el mes de septiembre de 2017 Patrimonio Cultural manifestó a través de la página web del Principado su intención de acometer la regulación de esos establecimientos por decreto y para ello solicitaba opiniones de sujetos y organizaciones potencialmente afectadas. Se daba un mes de plazo para recibir aportaciones. Nada se conoce aún de aquel decreto.
Cuando a finales de aquel mes el director general de Turismo del Gobierno asturiano, Julio González Zapico, fue preguntado por este asunto, confirmó, por su parte, que su departamento ya estaba trabajando en el decreto para regular los albergues de peregrinos con ánimo de lucro. Al igual que ha ocurrido con el relativo a Cultura, este decreto aún no está aprobado ni publicado.
Fuentes del Gobierno asturiano han explicado que el Ejecutivo autonómico sigue trabajando en la redacción de los mencionados decretos, tal y como se indicaba en el Libro Blanco. “Se está redactando la nueva regulación”, han indicado.
La regulación, no obstante, no va a llegar para la actual campaña de peregrinos en Asturias, que se intensifica desde la primavera y se prolonga hasta el otoño. Resta saber si el Gobierno asturiano podrá impulsar finalmente las normas, tal y como anunció, de cara al año 2019, el último ejercicio de la legislatura autonómica.
Leído en Europa Press