En las últimas semanas, varios albergues y otros alojamientos a lo largo del Camino de Santiago han tenido que cerrar temporalmente para combatir una plaga de chinches, una situación que tanto peregrinos como responsables de la ruta Jacobea están notando con más intensidad este año.
En Caldas de Reis (Pontevedra, en el Camino Portugués por el interior) por ejemplo, al menos seis alojamientos han llevado a cabo trabajos de desinfección debido al aumento de estas plagas, que se ven favorecidas por las altas temperaturas y la humedad que se han mantenido hasta bien entrado el otoño.
Uno de los afectados es el Albergue Doña Urraca, que abrió sus puertas el año pasado. Sin embargo, se ha visto obligado a cerrar durante seis meses para hacer reformas y eliminar la plaga. Según su propietario, Jesús Fariña, el problema ha sido considerable este año. “Afecta a unos ocho albergues y hoteles. Está siendo un reto enorme, y aunque los tratamientos ayudan, la gran cantidad de peregrinos este año hace que los chinches se transporten de un lado a otro“, explica. En su albergue, han tenido que implementar un protocolo sanitario que incluye la desinfección de mochilas y la prohibición de que los peregrinos entren con ellas o con las botas en las habitaciones.
Los peregrinos deben depositar sus mochilas en una alfombra húmeda con insecticida al entrar, y si alguno se despista y pone la mochila sobre una cama, Fariña es tajante: “¡Menos mal que ya lo tenemos controlado!“. Además, las mochilas que llegan a través de empresas de transporte también son desinfectadas antes de que los caminantes entren al albergue. Aunque este año ha habido una gran afluencia de peregrinos, también ha traído consigo este desafío añadido.
El problema no solo afecta a los albergues, también los apartamentos turísticos han reportado casos de picaduras, aunque parece que no todos están implementando medidas específicas de desinfección. Algunos peregrinos han mencionado haber sufrido picaduras en los últimos días, lo que evidencia que la plaga está extendida. Sin embargo, no todos los alojamientos han tenido problemas.
El albergue de peregrinos de Pontevedra, por ejemplo, ha logrado evitarlo este año. Según Celestino Lores, presidente de la asociación Amigos do Camiño Portugués, el problema de los chinches es difícil de erradicar cuando anidan en la madera. “Nosotros tuvimos que levantar suelos y quitar rodapiés en una ocasión para eliminar la plaga“, recuerda.
Afortunadamente, el albergue de Pontevedra ha sido recientemente remodelado y está libre de madera, lo que ha hecho que los chinches no encuentren dónde anidar. Además, han implementado algunas precauciones, como evitar que los peregrinos pongan las mochilas sobre las camas.
El consenso general entre los alberguistas es que los chinches viajan con los peregrinos. No es necesariamente culpa de los albergues, sino que, al hacer la ruta, los caminantes transportan los insectos de un lugar a otro. En algunos casos, cuando las plagas se instalan en un albergue, no hay más remedio que cerrar y realizar grandes reformas para eliminarlas por completo, lo que también ha afectado incluso a hoteles.
Con las altas temperaturas y la humedad prolongada, evitar estos problemas es complicado, y los peregrinos deben tomar sus propias precauciones. Sin embargo, como señala Lores, después de un largo día de caminata es fácil olvidarse y dejar la mochila en cualquier lugar, lo que puede propagar la plaga sin querer.
Desde el punto de vista sanitario, los expertos indican que alrededor del 30% de las personas afectadas por chinches no tienen reacciones visibles a las picaduras. Para el resto, las picaduras suelen aparecer como hinchazones rojas, firmes y con picor, a menudo alineadas en filas, lo que las hace confundirse a veces con picaduras de mosquito.
Por su parte, las empresas especializadas en insecticidas han visto un aumento en la demanda de productos para combatir los chinches este año. Según la Farmacia Droguería Esteban, que se especializa en el tratamiento de plagas, “el calor prolongado y la humedad han hecho que las plagas sean más frecuentes este año“. Afortunadamente, los productos modernos son cada vez más efectivos, fáciles de usar y menos dañinos para las personas, las mascotas y el medio ambiente.
¿Qué pueden hacer los peregrinos?
Nosotros, los peregrinos, también tenemos nuestra parte de responsabilidad. Debemos ser cuidadosos con nuestras pertenencias y evitar dejar las mochilas en el suelo o en sitios donde puedan coger chinches. Y si vemos que tenemos alguna picadura, lo mejor es avisar al albergue para que puedan tomar medidas.
¿Cómo podemos evitar las picaduras?
- Revisar bien las habitaciones: Antes de dejar tu mochila en la cama, revísala bien para asegurarte de que no hay ningún bicho escondido.
- Usar fundas protectoras: Si tienes una funda para tu saco de dormir, úsala. Te protegerá de las picaduras.
- Lavar la ropa a alta temperatura: Cuando llegues a tu destino, lava toda tu ropa a alta temperatura para eliminar cualquier posible chinche.
- Informar al albergue: Si te encuentras con chinches, informa al albergue inmediatamente. Entre todos podemos ayudar a controlar la plaga.
Así que, aunque el Camino de Santiago sigue siendo una experiencia mágica, este año viene acompañado de un pequeño (aunque molesto) reto extra: ¡los chinches!. Pero no hay que alarmarse; si tomamos las precauciones necesarias y colaboramos todos, podemos disfrutar del Camino sin tener que preocuparnos por estas pequeñas criaturas.
Basado en Sport / Susana Regueira
