«El Camino de Santiago es para emprenderlo sin nadie a tu lado»
Un jienense de 21 años emprenderá su peregrinaje hacia la ciudad gallega desde Jaén como «un reto personal y con mucha ilusión»
Eladio Castillo Rivas tiene 21 años -en vísperas de los 22- y es natural de Jaén, ciudad en la que cursó sus estudios secundarios antes de mudarse a Sevilla para estudiar Ingeniería Aeroespacial por la universidad hispalense. Tras finalizar el grado con éxito, ha vuelto a su ciudad para emprender un reto personal y una aventura para él: hacer el Camino de Santiago desde Jaén. Así pues, Eladio, recorrerá una ruta, que abarca 8 provincias diferentes de 4 comunidades autónomas y con una extensión de unos 1.300 kilómetros aproximadamente de longitud.
¿Cómo surgió la idea de hacer el Camino de Santiago y por qué lo hará (por gusto, por fe…)?
Tengo ya dos tramos finales de Caminos de Santiago en mis botas, en concreto, el Portugués (en el que hice algo más de 120 kilómetros) y el Francés (300 kilómetros), todos a pie. Fue en este último en el que me di cuenta de la incongruencia de lo que se (mal) entiende hoy en día por peregrinaje.
Como consecuencia de la descabellada fama que El Camino ha cobrado hoy en día, la mayoría de las personas que peregrinan a Santiago hacen, con suerte, algunos cientos de kilómetros en vehículo a motor hasta la periferia de Galicia, tras lo cual, andan o ruedan en bicicleta otros muchos pocos menos de kilómetros hasta la tumba del Apóstol, y finalizado su peregrinaje vuelven de nuevo, sentados en un asiento, ya sea de coche, autobús, o avión a la comodidad de sus camas.
Sacando la calculadora, dicho itinerario habla por sí solo: Más de tres cuartas partes de la peregrinación, no se debería llamar ni remotamente como tal. Este despropósito en el que me vi pecando, unido al testimonio de un joven Húngaro el cual había recorrido, acompañado de su entrañable burra rocinante adicta a las sandías, más de cuatro mil kilómetros desde su ciudad natal hasta Santiago; me hizo darme cuenta de que, a mi parecer, solo hay un peregrinaje posible a cualquier sitio, y es el que empieza, precisamente, desde la puerta de tu casa. Por lo que lo hago por gusto y lo asumo como un reto personal.
¿Por qué la ruta Jaén-Santiago?
A a la cuestión que he señalado en la respuesta anterior, esta el hecho añadido de que mi madre es natural de Jaén, y mi padre de Pontevedra, hecho que, aún siendo consciente de que el lugar de mi destino se localiza en La Coruña y no en la comunidad natal de mi padre, no elimina el aspecto intimista y personal que dicha ruta me merece.
¿Qué le ha dicho la gente de su alrededor?
Los que me conocen lo han asumido, con la complicidad como sonrisa, como un proyecto normal en mí. Los que no me conocen, lo han tachado de descabellado, y a mí de insensato. Y mi familia… bueno, mientras coma y me abrigue bien, me dan como causa perdida.
¿Tiene acompañante?
Como ya he repetido en infinitud de ocasiones a la gente que se interesaba por eso del camino, el Camino de Santiago es para emprenderlo sin nadie a tu lado. Se empieza solo, pero se termina rodeado de gente. En cualquier caso, como en muchas otras aventuras, me acompañan mi mochila y mi sonrisa.
¿Qué es lo que va a echar en la mochila?
Lo estrictamente imprescindible, intentando minimizar el peso al máximo: tres mudas de ropa, todo lo necesario para acampar por las noches (tienda de campaña, aislante, saco de dormir, y linterna), equipo médico de primeros auxilios, material de aseo personal, y mi bandera andaluza que me acompaña fiel en todos mis viajes.
¿Cuántos días tardará?
Sin contar posibles contratiempos (lesiones, sobrecargas, inclemencias meteorológicas) en terminar la conexión Jaén-Santiago he previsto algo menos de dos meses. Una vez en mi destino, ya veré como deshago los más de mil kilómetros que me separan del mar de olivos. En cualquier caso, debo de estar de vuelta para la campaña de la aceituna. Siempre hay obligaciones que cumplir.
¿Alguna vez ha vivido una experiencia parecida?
Los caminos que he realizado con anterioridad no los considero ni ínfimamente parecidos al camino que estoy a punto de empezar. No obstante he recorrido gran parte de Europa del Este y Turquía en autostop, experiencia que si es más probable que se asemeje a esta, en términos de aventura, autoconocimiento e independencia en ruta.
¿Qué espera encontrarse?
Espero mirar a la cara a todos esos pueblos que hoy en día son sólo palabras escritas en mi libreta, que a su vez han sido sacadas de mapas carentes de vida, y de paso, como no, aprender algo de geografía nacional. También espero aburrirme mirando al horizonte que durante esos dos meses voy a tener delante, y, aunque nos han engañado diciendo que el aburrimiento es nuestro enemigo, lo cierto es que no hay mejor vehículo para el diálogo con tu yo más interior.
Finalmente, ¿qué cree que le aportará esta ‘aventura’?
No creo que todo tenga una utilidad clara. No tengo ninguna expectativa en cuanto a qué me traeré cuando vuelva a Jaén. Lo hago porque me ilusiona, porque me apetece. Lo hago como reto personal, y como cierre a la promesa que me hice tiempo atrás. Pero por decirte algo sustancioso, espero volver siendo un erudito en vinos del terreno y pulpo gallego, claro está, con conocimiento de causa.
Leído en Ideal