El albergue Santa Ana de Pasajes abre a partir del martes para repartir credenciales a los peregrinos - Camino de Santiago

El albergue Santa Ana de Pasajes abre a partir del martes para repartir credenciales a los peregrinos

Xatur Telletxea, ayer, en Pasajes, con el álbum en el que van recopilando vivencias del albergue de Santa Ana. / VIÑAS
Xatur Telletxea, ayer, en Pasajes, con el álbum en el que van recopilando vivencias del albergue de Santa Ana. / VIÑAS

En función de cómo evolucione el Camino de Santiago, no se descarta que se reanuden las pernoctaciones a partir de San José

Desde que se decretó el estado de alarma en el país hace ya casi dos años, el albergue de peregrinos de Santa Ana ha permanecido cerrado. Sus puertas volverán a abrirse este próximo martes, aunque solo para prestar servicio a los futuros peregrinos de la comarca de Oarsoaldea y sus inmediaciones.

Aquellos que estén pensando en hacer este año el Camino de Santiago del Norte podrán dirigirse, a partir de ese día, a la construcción erigida en la parte posterior de la ermita que preside Pasajes San Juan desde las faldas del monte Jaizkibel. En esas instalaciones se les facilitará la información que requieran y las correspondientes credenciales. Su coste es totalmente gratuito, aunque, como recuerdan sus responsables, «hay una hucha para quien quiera dejar un donativo».

Este servicio estará en funcionamiento, en un principio, dos tardes por semana; concretamente, los martes y los viernes, desde las 17.00 y hasta las 19.00 horas.

La reapertura de Santa Ana coincide con el inicio de la actividad del albergue de peregrinos de Irún, donde quienes encaminan sus pasos hacia Santiago podrán pernoctar por primera vez en dos años.

«En función de cómo evolucione el Camino y de la marcha del albergue de Irún, nosotros también nos plantearíamos volver a acoger pernoctaciones a partir de la festividad de San José», explica Xatur Telletxea, hospitalero voluntario de Santa Ana.

Asegura que si dan el paso, se tomarán «todas las medidas de seguridad». Desde el uso de mascarillas hasta desinfección de zonas comunes, pasando por limitaciones en la mesa que acostumbran a compartir durante el desayuno.

La desaparición de buena parte de las medidas de seguridad decretadas durante los momentos más duros de la pandemia les anima a dar el paso, aunque la decisión final la tomará el grupo de hospitaleros formado por cerca de una veintena de personas de la zona.

«Puede ser un buen momento para que empecemos a ver la luz después de todo este tiempo. Los peregrinos han seguido pasando por nuestro pueblo, pero no han tenido un lugar en el que asearse y pasar la noche», explica Telletxea.

Leído en Diario Vasco

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