Superperegrina en silla: “La accesibilidad es cero en los albergues del Camino Inglés” - Camino de Santiago

Superperegrina en silla: “La accesibilidad es cero en los albergues del Camino Inglés”

Personal del albergue Ultreia ayudando a Gemma
Personal del albergue Ultreia ayudando a Gemma

Gemma Porca divulga su periplo después de acometer la Ruta en solitario y sin motor — Sólo le ‘convencieron’ el de Miño y Ordes

Tras recorrer el Camino de Santiago por cuatro variantes distintas en silla motorizada, Gemma Porca se decidía este año a acometer la Ruta Inglesa con un modelo convencional, aprovechando para valorar la accesibilidad de los albergues públicos, así como la adaptación a las personas con movilidad reducida. Y su testimonio, que cualquier político puede contrastar —si se atreve— por los mismos medios, es que tan sólo en el nuevo hospital de Ordes son óptimas.

Así lo explicaba en Sigüeiro, a un paso ya de su meta. En este caso, echó mano de la oferta privada en el albergue Ultreia et Suseia, que valoró bien, pero rogando al Ayuntamiento que ayude a mejorar el entronque desde la vía pública, –vigilando para que se no acumule grava ni tierra en la bajada desde la rúa Ourense– y, de paso, convenza a los vecinos para que se retiren los depósitos de gas del patio.

Al turrón

Por un lado, la protagonista de estas líneas deja claro que no va a hablar de lo que no conoce ya que, por ejemplo, no echó mano de alojamientos jacobeos ni en Ferrol ni Coruña. Pero sí que pasó por el de Pontedeume, “y decidí irme a Miño, que tiene mejor accesibilidad; además, hace un año el agua se embalsaba en la ducha”, recuerda de sus anteriores periplos jacobeos.

Su siguiente etapa, en solitario y siempre con la única ayuda de sus brazos, acabó en el hospital de Betanzos. Y no guarda muy buen recuerdo, ya que “en la entrada tiene un escalón de piedra, y aunque han instalado una plataforma eléctrica, nadie pudo ayudarme a usarla, porque no sabían ni cómo funcionaba”. ¿Resultado?, que tuvo que recurrir a un hotel, y pagar 50 euros.

El siguiente tramo le llevaba a pernoctar en el Ayuntamiento de Mesía. “El albergue de Bruma es accesible, pero hay que dejar claro que la habitación no estaba adaptada, ya que la cama que me prepararon era excesivamente baja, y pasé frío. El aseo, además, apenas estaba semiadaptado, y el paso exterior sólo tenía cubierta la parte superior”. Pero lo mejor estaba por llegar, ya que “en Ordes sí que hay un muy buen albergue y totalmente accesible, tanto en las habitaciones como en el cuarto de baño”.

Su conclusión: “La accesibilidad es cero en los albergues del Camino Inglés, porque no se piensa en los peregrinos que van en silla de ruedas”.

Leído en El Correo Gallego

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