Hospitaleros del trayecto entre ambas ciudades alertan de la habitualidad de muchos peregrinos de recorrer en bus este tramo. «Hay guías sobre el Camino que incitan a hacerlo aludiendo a que es duro y aburrido», lamentan preocupados
Eternos campos de cereal, verdes o amarillos según la época del año, y cielos infinitos que invitan al pensamiento y la introspección mientras se transita por los senderos que los acompañan cargados también de algunos de los mejores ejemplos de arte románico. Y Silencio.
En principio unas condiciones idóneas para palpar el Camino de Santiago, para dar sentido, seguro, al motivo que lleva a uno a colgarse una pesada mochila y atravesar media península a pie con destino a la ciudad gallega.
Sin embargo, la meseta, ese tramo entre Burgos y León, sufre la huida de muchos peregrinos, que prefieren completarlo en autobús. Basta acercarse una mañana a la estación de la capital burgalesa para comprobarlo. Sus grandes mochilas, indumentaria y las conchas identificativas con este recorrido les delatan.
Y la situación preocupa mucho a los hospitaleros de este tramo por la provincia.
«Hay guías sobre el Camino de Santiago que les incitan a ello, invitan a los peregrinos a que se lo salten alegando que es duro y aburrido», lamenta Diana Díez, que regenta el albergue Fuente Sidres en Castellanos de Castro y que ha iniciado una campaña en redes sociales para dar valor a este tramo con la creación de la etiqueta #sinmesetanohaycamino y del movimiento ‘la gran meseta desconocida‘. «Sé que hay compañeros que están escribiendo a las editoriales para que modifiquen el texto de las guías porque nos hace mucho daño y nos estamos planteando algún tipo de movilización o recogida de firmas», comenta la joven en busca de un remedio.
Leído en Diario de Burgos