Suzanne es una mujer de origen irlandés (aunque ella se siente más holandesa) que, después de muchas vueltas, ha encontrado su lugar en el mundo en un rinconcito encantador del Bierzo, en el pueblo de El Acebo. Junto a su marido, David, llevan años persiguiendo el sueño de vivir en este paraje natural y atender a los peregrinos que pasan por allí. Y ahora lo han logrado.
Todo comenzó hace casi 20 años, cuando en un viaje familiar por Galicia, Suzanne y David quedaron enamorados del Bierzo. No pudieron quitárselo de la cabeza, así que en 2017 decidieron mudarse y probar suerte con una food truck de crepes en el mercado de Ponferrada. No salió como esperaban, porque, según Suzanne, “la gente prefería churros“. Pero esa experiencia les permitió descubrir su pasión: trabajar con peregrinos. Pasaron un tiempo ayudando en una casa rural en El Acebo, y tanto les gustó el lugar que no podían dejar de pensar en él.
Después de un tiempo en Irlanda, decidieron que era hora de volver al Bierzo y crear algo propio. Así surgió la oportunidad de hacerse cargo de La Rosa del Agua, un pequeño albergue en El Acebo. No fue fácil, tuvieron que pasar tres años de negociaciones y mucho trabajo, pero desde marzo de 2023, La Rosa del Agua es su proyecto de vida.
El albergue tiene cuatro habitaciones y un bar, y Suzanne ha vuelto a hacer lo que más le gusta: crepes, pero esta vez acompañados de tartas caseras, pan de centeno y comida vegana. Suzanne cree que es importante ofrecer opciones más saludables y diferentes a lo que normalmente se encuentra en el Camino. Y la gente está encantada: peregrinos, vecinos del pueblo, todos disfrutan de su propuesta.
Pero Suzanne y David no solo piensan en los peregrinos, también quieren aportar vida al pueblo. En septiembre organizaron un mercadillo artesano en el jardín del albergue, con gente local, y todos quedaron encantados. Suzanne lo tiene claro: los pueblos pequeños necesitan iniciativas como estas para mantenerse vivos.
Aunque ahora mismo están muy ocupados con el albergue, Suzanne sueña con retomar sus clases de yoga, una disciplina que ha enseñado durante 20 años. En el futuro, le gustaría organizar retiros espirituales y combinar su pasión por el yoga con la tranquilidad que les ofrece El Acebo.
La vida en el Bierzo es justo lo que buscaban. Aunque en Irlanda también vivían en el campo, Suzanne dice que aquí todo es diferente: el ritmo de vida, el clima, la gente. Les encanta trabajar juntos en familia y disfrutar de la naturaleza que les rodea. Además, en invierno cierran el albergue y pueden relajarse, pasear por las montañas y disfrutar de la tranquilidad.
El próximo noviembre, Suzanne y su familia harán el Camino de Santiago. Quieren vivir en primera persona lo que tantos peregrinos les han contado con tanta emoción. Están seguros de que será una experiencia mágica.
Ahora, Suzanne, David y sus hijas están felices de haber encontrado su hogar en El Acebo. Después de tantos años soñando con ello, por fin han cumplido su meta, y no podrían estar más contentos. El Bierzo es su lugar.
Basado en Basado en El Bierzo Digital / Claudia Cabo