La antigua Casa Cuartel de A Fonsagrada, reconvertida en albergue - Camino de Santiago

La antigua Casa Cuartel de A Fonsagrada, reconvertida en albergue

Albergue Casa Cuartel, A Fonsagrada, Lugo - Camino Primitivo :: Albergues del Camino de Santiago
Albergue Casa Cuartel de A Fonsagrada

Dos hermanos emprendedores, Roberto y Gerardo López Fernández, decidieron darle una nueva vida a la antigua Casa Cuartel de A Fonsagrada, un rincón en pleno corazón de las montañas. ¿Y qué hicieron con este histórico edificio? Lo convirtieron en un albergue de peregrinos y hotel, todo en uno. ¡Y vaya éxito que han tenido! Desde su apertura en 2020, el lugar no ha dejado de crecer y atraer a más visitantes.

La Casa Cuartel de A Fonsagrada, que hasta 2004 funcionaba como cuartel de la Guardia Civil, estuvo cerrada durante más de 14 años antes de que Roberto y Gerardo decidieran apostar por ella. Mantuvieron el nombre original, porque, como ellos dicen, “nos pareció que el mejor nombre era el que ya tenía“. Y parece que acertaron, porque el lugar no ha parado de llenarse de peregrinos y turistas desde entonces.

A pesar de haber nacido en Barcelona, Roberto y Gerardo regresaron a Galicia siendo aún pequeños, como muchos hijos de emigrantes. Roberto estudió peluquería (su abuela tenía una peluquería en A Fonsagrada), pero pronto descubrió que la hostelería era lo suyo. Así que, junto a su hermano Gerardo, decidieron lanzarse a este proyecto.

Ya gestionaban una cafetería en el pueblo, y viendo cómo el Camino de Santiago Primitivo crecía en popularidad, se les encendió la bombilla: “Vimos que el Camino de Santiago iba más allá, así que cuando surgió la oportunidad de comprar esa casa decidimos dar el paso, aunque al principio nos dio un poco de miedo la reforma“.

El proceso de renovación no fue nada fácil, les llevó dos años de pico y pala. Pero siempre tuvieron claro que respetarían la estructura original del edificio. Y así lo hicieron. En pleno verano de 2020, en medio de la pandemia, abrieron las puertas de la nueva Casa Cuartel. “Imagina lo que fue abrir en plena pandemia”, cuenta Héctor entre risas. Pero, a pesar de las dificultades iniciales, el negocio no tardó en despegar en cuanto las restricciones se relajaron.

Los inicios

El albergue comenzó con seis habitaciones de hotel y 20 plazas para peregrinos repartidas en dos estancias. Pero el éxito del proyecto ha sido tal que recientemente ampliaron las instalaciones, aumentando el número de habitaciones privadas de hotel a 15. Y es que la demanda no ha dejado de crecer, sobre todo entre los turistas nacionales y los peregrinos extranjeros, que buscan un lugar cómodo y acogedor para descansar en su ruta hacia Santiago.

La calidad es la bandera de Roberto y Gerardo, y eso se nota en cada detalle. “A diferencia de otros sitios, en el albergue ofrecemos sábanas de tela y nada de papel, además de calefacción, aire acondicionado, gel de ducha, toallas…” comentan orgullosos. Nada de lo básico queda al azar en este albergue, donde todo está pensado para que los peregrinos se sientan como en casa.

Pensando en el futuro

Pero estos dos hermanos no piensan detenerse ahí. Con el éxito que han tenido, ya están planeando su próxima ampliación. Han comprado una vivienda adyacente, que también van a reformar para seguir ofreciendo más servicios. En sus planes está ampliar el albergue a 40 plazas, y además, que cada estancia tenga su propio baño privado. También están pensando en crear una lavandería interna y una zona de descanso para los caminantes, porque entienden que un buen descanso es fundamental en el Camino.

¿Y qué pasa con aquellos peregrinos que llegan en bicicleta? Roberto y Gerardo ya tienen la solución. Están preparando una zona en el exterior que funcionará como taller, donde los ciclistas podrán reparar sus bicicletas si sufren alguna avería en plena ruta. También habilitarán un lugar seguro para que puedan guardar sus bicis durante la noche. Como ellos mismos dicen, “todo sea para hacerles el Camino más fácil“.

El negocio va viento en popa, y prueba de ello es que durante la temporada alta, el albergue se llena todos los días.

Además de los dos hermanos, en el complejo trabajan un total de siete personas, asegurándose de que cada huésped tenga una experiencia agradable y cómoda.

Conclusión

Lo cierto es que la Casa Cuartel de A Fonsagrada se ha convertido en un ejemplo de cómo una buena idea y mucho esfuerzo pueden transformar un lugar histórico en un próspero negocio, todo mientras se ofrece a los peregrinos una experiencia de calidad en su travesía.

Roberto y Gerardo han sabido ver el potencial del Camino de Santiago y han apostado por hacer de su albergue algo más que un lugar para dormir: un hogar temporal para aquellos que buscan algo más en su viaje hacia Santiago. Y viendo su éxito, está claro que lo han conseguido.

Basado en La Voz de Galicia / M. Guntín

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