La capacidad del albergue de peregrinos de San Esteban de Leces se verá incrementada a lo largo de 2018. El Ayuntamiento de Ribadesella está preparando un nuevo proyecto de ampliación que permitirá sumar 16 nuevas plazas a las 38 ya existentes. De esta forma se pretenden evitar situaciones como las vividas en el pasado mes de agosto, cuando hubo días en los que fue necesario instalar colchonetas para atender a todos los caminantes que buscaban alojamiento. En ese mes se llegaron a contabilizar 987 pernoctaciones, alcanzando así una ocupación superior al 80%.
La actuación ahora prevista se centrará en la primera planta del edificio, donde se ubica la vivienda del hospitalero. En concreto, se mejorará la parte que presenta peores condiciones de conservación. Allí se ubicarán un mínimo de dieciséis plazas adicionales, «necesarias para un albergue de estas características que está en continuo aumento en el número de usuarios y en una zona estratégica de crecimiento del Camino de Santiago del Norte», aseguró la alcaldesa riosellana, la forista Charo Fernández. La intención del Ayuntamiento es tenerlo todo listo para la temporada alta, en junio de 2018.
Actualmente, el albergue está cerrado porque, después de toda una vida dedicada a este establecimiento, la hospitalera de San Esteban de Leces, Dolores Martínez, ‘Loli’, ha entregado las llaves. Este año ya no se ocupará del centro y el Ayuntamiento está buscando a una persona que la sustituya, proceso que espera cerrar mientras en los próximos tres meses se acomete la obra. «No buscamos una empresa para gestionarlo, sino un hospitalero que esté pendiente de los peregrinos como estuvo Loli durante todos estos años, un trabajo que tenemos que agradecerle públicamente», destacó la regidora.
Tras la jubilación de la hospitalera, el Consistorio busca un nuevo encargado
En los últimos siete años, los equipos de gobierno presididos por Charo Fernández han acometido diferentes fases de rehabilitación en este edificio, previamente ocupado por las antiguas escuelas de San Esteban. El inmueble presentaba unas condiciones «penosas, con la mitad del tejado caído». Se arregló toda la techumbre y los baños, se mejoraron sus dotaciones -lavadora y secadora-, se instaló un servicio de internet inalámbrico gratuito vía wifi, se arreglaron las estancias y, por último, se pintó la fachada, señalan.
Leído en El Comercio