Los albergues estiman una bajada de hasta un 75% del número de peregrinos este verano, lo que podría ocasionar cerca de 40 millones de euros en pérdidas
Un peregrino escala la calle Ancha cargado con su mochila y las mellas del Camino. Una hilera de caminantes bordea las carreteras de esta ruta a su paso por León. Son imágenes que han calado en el imaginario leonés, pero que este año serán difíciles de ver debido a las medidas extraordinarias provocadas por la crisis de la covid-19.
El Camino de Santiago es una de las atracciones turísticas principales de la provincia de León. Según estiman desde las diversas asociaciones, el año pasado atrajo a más de 52,000 peregrinos a la capital, una cifra que asciende hasta los 90.000 en toda la provincia, pues gran parte de los caminantes inicia su ruta en León desde puntos como Astorga, Ponferrada o Villafranca del Bierzo. Números que han sufrido un fuerte impacto este 2020 con la crisis del coronavirus.
Según Luis Gutiérrez Perrino, presidente de la Asociación Amigos del Camino de Santiago ‘Pulchra Leonina’ la caída «será bestial», incluso señala que «ahora mismo hay más españoles que extranjeros, cuando suele ser al revés», y los ingresos que perderá la provincia son «incalculables». Y es que, «más allá de la pérdida cultural», se estima que la provincia dejará de ingresar entre 35 y 40 millones de euros, «teniendo en cuenta que todos necesitan comer, desayunar, beber, algún suvenir, tiritas o lo que sea, todo va sumando».
Por ello, desde las diversas asociaciones están trabajando para «reactivar de forma pausada, poco a poco» el Camino, aunque considera «que no habrá un gran aumento, mantendremos este ritmo».
Albergues con medidas
«Tenemos abierto un albergue cada 15 o 20 kilómetros. Todos ellos con los protocolos necesarios y exigidos. Donde antes dormían 20 personas, ahora duermen ocho, hemos tenido que reducir la capacidad, el calzado deben ponerlo en bolsas, la mochila también. Para dormir tienen que hacer en saco de dormir y tienen que tener siempre la mascarilla puesta en todo momento, por supuesto», explicá Gutiérrez Perrino. «No todos los albergues han podido abrir. Hay que tener en cuenta que algunos dueños tienen ya una edad y no deben exponerse a este riesgo».
Las campañas de atracción de peregrinos van ligadas de forma inseparable a un llamamiento a «la responsabilidad», pues hay que «ser prudentes ante el momento que nos toca vivir». Por ello, solicitan «un poco de organización en las etapas» y «reservar con tiempo», especialmente con la reducción de plazas en los albergues, «podrían quedarse sin sitio».
De hecho, Gutiérrez Perrino asegura que muchos están buscando pensiones, casas rurales u hoteles, «también nos han preguntado para acampar, pero les hemos dejado claro que está totalmente prohibido».
«Este año tengo siete personas al día, el año pasado tenía 50»
Amelia tiene su albergue en San Martín del Camino, con una capacidad de hasta 50 peregrinos, han permanecido cerrados desde el mes de marzo hasta el primero de agosto, cuando reabrió sus puertas. Desde entonces, señala que ha perdido cerca del 75% de la clientela que otros años tiene por estas fechas. «No esperamos superar los 150 o 200 peregrinos este mes. Eso es nada y menos. Después del coronavirus estoy recibiendo unos siete peregrinos al día, 10 el día que más. El año pasado tenía todas las plazas ocupadas todos los días».
De hecho, explica que hasta el Albergue Vieira se acercaron hasta 25 personas al día durante los meses de invierno previos a las cuarentena, unas cifras positivas que fueron cortadas de raíz con la pandemia.
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