La Asociación de Albergues Privados de Galicia, AGALBER, quiere hacer pública su preocupación por las múltiples quejas que cientos de peregrinos exponen a sus asociados ante el mal estado de los albergues públicos. Muchos de estos caminantes llegan a establecimientos privados llenos de picaduras de chinches y exponiendo el mal estado de las instalaciones de los albergues controlados por la Xunta y por otras comunidades por donde discurre el Camino. Esto provoca problemas a nuestros asociados, a los que sus clientes escriben malas críticas por un problema que no es nuestro sino derivado de los públicos.
Aunque no es nada nuevo, sí nos gustaría hacer hincapié en que a diferencia de los albergues públicos, los privados sí estamos sometidos a una estricta normativa en cuanto a higiene y control de plagas, que hemos de cumplir a riesgo de ser sancionados. Capítulo que no se exige ni se controla en los establecimientos públicos. Hecho que además de suponer un agravio comparativo, nos provoca numerosos problemas, ya que muchas veces peregrinos procedentes de albergues de la red de la Xunta llegan con algún tipo de insecto que puede provocar serios problemas y nos obliga a intensificar nuestro control de plagas, a paliar la mala imagen que no provocamos nosotros, etc.
Al igual que nuestra red trabaja con empresas profesionales del sector, los públicos deberían someterse a las mismas medidas de control e higiene.
Quejas por las Compostelas
A su vez, muchos peregrinos nos han expresado sus quejas por el funcionamiento en las últimas semanas de la Oficina del Peregrino, cuando van a recoger sus Compostelas. Según nos informan, la falta de voluntariado que ayudaba provoca que el personal sea claramente insuficiente para dar salida a todas las peticiones que se registran al día. Es más, ha habido peregrinos que se han vuelto a sus países de origen sin su certificado porque no se le ha podido atender.
El sistema funciona a través de un número que el peregrino usa a modo de referencia. Llegado a un límite que la propia Oficina establece, no se dan más Compostelas.
Esto está provocando cierta psicosis entre los caminantes, que salen a la Ruta a altas horas de la madrugada con los correspondientes peligros que eso supone, creando malestar en los albergues por las horas de salida también. Y aún así nadie les garantiza que llegando a las 11 o 12 del mediodía vayan a tener número ya para recoger su Compostela.
Hemos consultado a la propia Oficina y sus argumentos son la falta de personal que dé respuesta a la alta demanda que todavía se registra. Por tanto solicitamos que se ponga remedio a esta situación que daña la imagen del Camino, provoca malestar entre los peregrinos y es insólita en toda la historia del Xacobeo.
Leído en Xornal Galicia