Verónica Carreño dejó Barcelona para trasladarse a Vega de Valcarce y abrir el albergue ‘El Roble de Veis’
“Vino el sobrino de Elías Valiña y nos explicó que antiguamente el bar era un taller de las minas. Y le pidió al propietario si le podía dar un poco de pintura para señalizar el Camino porque el peregrino se perdía. Le dieron a elegir entre verde, roja y amarilla; y eligió la amarilla”. Verónica Carreño gestiona ahora ‘El Roble de Veis’, un albergue privado en Vega de Valcarce que esconde la curiosa historia en torno al sacerdote de O Cebreiro, impulsor de la flecha amarilla que simboliza el trazado jacobeo.
A 167 kilómetros de Santiago, Carreño y su marido instalaron su nueva morada tras dejar Barcelona. Todo surgió cuando él realizó el Camino en 2012 y se prendó de esta zona del Bierzo. “Me habló de este lugar. Buscamos casa para reformar y nos vinimos a vivir. Después surgió el local y dijimos, ¿por qué no?”.
Ahora, en este espacio practica la hospitalidad tal y como la define, “acoger al peregrino como a mi me gustaría que me acogieran, darle de comer a un precio asequible, que se quede bien, lleno, que duerma a gusto, en un sitio limpio; y ser lo más simpática que pueda y que te nazca, porque a veces no nace: “A mi me nace y me gusta que vengan los peregrinos, el ambiente…”, declara entre risas.
Ensalza que esta ruta milenaria cuenta “con todo tipo de religiones, etnias y razas” en las que “da igual el motivo” por el que se lanzan a caminar. “Simplemente te atrapa por pura magia”, expresa, para sentenciar que uno de sus momentos preferidos del día ocurren a “las siete de la mañana”. “Es una maravilla tomarse un café cuando abrimos, con este paisaje. No tiene precio”, asevera, mientras pierde su mirada en el monte.
Leído en El Bierzo Digital