El presidente de la ruta tradicional procedente de los Pirineos lo atribuye a que la ruta desde Oporto “es más fácil”
Alba G. de la Gama / Confidencial Digital
Junio, julio, agosto y septiembre son los meses preferidos por los peregrinos para hacer el Camino de Santiago, tanto por el buen tiempo como porque coincide con las vacaciones de la mayoría de ellos.
Como es bien sabido, para llegar a la Catedral de Santiago de Compostela hay un sinfín de caminos diferentes, pero a día de hoy los más transitados son dos: el Camino Francés y el Camino Portugués.
Aunque hasta la fecha el Camino Francés sigue siendo el más elegido por los peregrinos, el Camino Portugués está ganando cada vez más protagonismo.
De hecho, en 2003, el 88,06% de los peregrinos llegaban a Santiago por el Camino Francés y tan sólo el 4,44% lo hacían por el Portugués, según las cifras de la Oficina de Acogida al Peregrino. Veinte año después, esta tendencia ya no es la misma.
Desde el 2003, primer año del que hay datos, hasta el actual, se puede ver cómo el porcentaje de peregrinos que se decantan por el Camino Francés va descendiendo año tras año mientras que el porcentaje de los que eligen el Camino Portugués no deja de aumentar.
A día de hoy, ya son 200.087 peregrinos los que han llegado a Santiago de Compostela en lo que va de año. Un 50,16% han llegado por el Camino Francés, es decir, un total de 99.508, y un 23,76% por el Camino Portugués, concretamente el 65% de estos, es decir, 42.501 apuestan por el Camino Portugués Central y el resto, 22.467, por el de Costa.
Las cifras evidencian, que aunque ambas rutas han aumentado el número total de peregrinos, hablando en porcentajes, la portuguesa ha ganado peregrinos y la francesa los ha perdido.
El Camino de Santiago Portugués Central comienza oficialmente en la capital del país, Lisboa. Sin embargo, gran parte de los peregrinos lo empiezan desde Oporto o incluso desde Tuy, un municipio español de la provincia de Pontevedra.
La diferencia que presenta el Camino Portugués por la Costa es que empieza en Oporto, y en lugar de ir por el interior, se peregrina por el litoral y confluye con el Central en Redondela.
Por otro lado, el Camino de Santiago Francés comienza en Saint-Jean-Pied-de-Port, una localidad francesa, y llega a España a través de los Pirineos. Este recorre todo el norte.
Además del paisaje y la historia, las otras dos diferencias más destacables entre ambos caminos son las etapas y la dificultad de estas. Mientras que el Portugués consta de 28 etapas, desde Lisboa, y cuya máxima altitud no llega a los 500 metros ya que su perfil es bastante plano, en el Francés son 33 etapas de mayor dificultad cuyo pico son los 1.500 metros.
El presidente de Camino Francés Federación, Miguel Pérez, considera que este aumento de peregrinos en el Camino Portugués se debe a la logística del mismo. “Podríamos decir que es más fácil llegar a Santiago de Compostela desde Oporto”.
Los albergues prohíben las maletas
El Camino Francés Federación dejó de admitir maletas el pasado 12 de junio en sus albergues, concretamente en doce, localizados en Estella, Los Arcos, Canfranc, Logroño, Navarrete, Nájera, Santo Domingo de la Calzada, Burgos, Astorga, Foncebadón y Ponferrada.
Para poder comprender mejor dicha norma es necesario explicar dos cosas. En primer lugar, la existencia de empresas de transporte que recogen las maletas de los peregrinos en los albergues de cada una de las etapas para librarles de peso y facilitarles el camino. Cuando llegan los peregrinos a los albergues ya tienen sus maletas allí.
Y la segunda cuestión es que hay tres tipos de albergues: el hospitalero o voluntario que nunca ha admitido dichas maletas, los albergues grandes dependientes de asociaciones que son los que ahora van a dejar de admitirlas y los privados que van a seguir admitiéndolas.
Jorge Martínez Cava, presidente de la Federación Española de Asociaciones de Amigos del Camino de Santiago, ha aclarado que ellos nunca han admitido maletas antes de la llegada de los peregrinos y lo llevan haciendo así desde hace 30 años, concretamente desde 1992. “El lema que defendemos es ‘Nada antes de entrar, nada después de salir’ “.
Este prevé que a pesar de este cambio, lo que van a hacer las empresas de transporte es que en lugar de dejarlas en el albergue las van a dejar en el bar de al lado.
No obstante, esto no quiere decir que no se pueda entrar con maletas, sino que deben llegar junto al peregrino.
El perfil del peregrino es cambiante
Desde que el primer peregrino hizo el Camino de Santiago hasta los de hoy en día, el perfil ha cambiado completamente. De hecho, según ha apuntado el presidente de Amigos del Camino “no existe un perfil. El tipo de peregrino está en continuo cambio. Cada generación es nueva”.
Colegios que hacen los cien últimos kilómetros del camino, parejas que van en bici, grupos de amigos, familias, personas con movilidad reducida… cada peregrino es diferente y cada uno anda lo que puede y de la forma en la que puede, “pero todos comparten el mismo objetivo: encontrarse a sí mismos y esforzarse al máximo, de ahí que cada uno haga más o menos etapas en función de su nivel de resistencia”, cuenta Jorge.
Se está convirtiendo en algo turístico, pero…
El hecho de que cada vez más gente hace el Camino de Santiago es algo real que se puede comprobar por las cifras. Mientras que en 2003 lo hicieron 74.324 peregrinos, la mayoría de ellos españoles, además de alemanes, franceses, italianos y portugueses, en ese orden, en lo que llevamos de año ya han llegado a Santiago de Compostela 200.087, y aún quedan los meses de mayor afluencia.
Aunque gran parte de los caminantes siguen siendo españoles, hay un gran porcentaje de estadounidenses, alemanes, italianos, portugueses, franceses, ingleses, coreanos, brasileños y un sinfín de nacionalidades diferentes más.
Esto se traduce en que el Camino de Santiago está ganando cada vez más protagonismo y se está convirtiendo en algo turístico, según argumenta el presidente de Camino Francés Federación.
“Está genial que vengan turistas, pero no podemos perder al verdadero peregrino porque en el momento en el que lo perdamos nos vamos a arrepentir y se va a perder la verdadera esencia del Camino de Santiago. Ese caminante que hace muchos kilómetros con todo lo que necesita a cuestas y siente realmente lo que es el esfuerzo y el dolor. Los altibajos, el pensar un día que puedes con todo, pero al siguiente derrumbarte y querer abandonar…”.
es todo lo contrario
Miguel considera que el Camino de Santiago no puede considerarse como una actividad turística porque en realidad es todo lo contrario.
“Cuando haces turismo lo importante es el destino, no el camino. Cuando te relacionas con la gente es durante el día y lo que buscas por la tarde-noche es descansar y estar sólo”.
Sin embargo, en el Camino de Santiago lo importante es el camino, observar el paisaje y disfrutar hasta que llegas al destino. Además, durante el día, a pesar de hacerlo con más gente, estás completamente sólo porque cada uno lleva su ritmo, y no es hasta que llegas al albergue cuando “te echas unas cervezas con el resto”.
¿Por qué mínimo 100 kilómetros?
Para recibir la Compostela, el documento que certifica que has hecho el Camino de Santiago, tienes que hacer al menos 100 kilómetros andando o 200 si vas en bicicleta.
¿De dónde viene esto? ¿Tiene una explicación histórica?
Jorge Martínez Cava explica que se estipuló en los años 70 a través de un acuerdo entre Manuel Fraga, Antonio María Rouco Varela y el presidente de la Federación Española de Asociaciones de Amigos del Camino de Santiago en aquel entonces.