Una década de 'peregrinaje' al Seminario de Oviedo - Camino de Santiago

Una década de ‘peregrinaje’ al Seminario de Oviedo

 Los canarios Crisanto Martín, en primer término, y José Velázquez descansando en una habitación. FOTOS; JUAN CARLOS ROMÁN
Los canarios Crisanto Martín, en primer término, y José Velázquez descansando en una habitación. / J.C. Román

Aún sin recuperar las cifras prepandemia, las instalaciones de Prau Picón acogen en verano una media de 25 caminantes diarios

Paz de Alvear / El Comercio

Son las cinco de la tarde. En la habitación número 9 del albergue de peregrinos, en el Seminario Metropolitano, descansan tres caminantes. Dos tinerfeños amigos y amantes de la montaña, José Velázquez y Crisanto Martín, que al día siguiente comenzarán el Camino Primitivo, desde San Salvador a Santiago; y Joaquín Maseres, de Orihuela (Alicante), que acaba de terminar, después de «casi trece días», el tramos de Santander a Oviedo.

Los dos colegas, tumbados en sus camas, reposan en silencio antes de salir a dar una vuelta y cenar algo por Oviedo. Joaquín, bajo la ventana abierta de par en par a pesar de que la tarde no es de lo más veraniega, tranquilo y a lo suyo, apenas ha entablado relación con sus compañeros porque «acaba de llegar». Tiempo hay hasta el día siguiente. El Albergue abre sus puertas a las cuatro de la tarde hasta las diez de la noche.

El silencio que reina a la hora taurina se rompe en la lavandería. Dos hermanas y una prima venidas desde la República Checa, Marjkéta y Marie Korpasová, y Marta Hujerová, todas en la treintena, se afanan en poner la colada, pero «no queremos suavizante, no lo utilizamos en nuestra ropa», advierten, mientras Alberto Gómez, uno de los dos trabajadores del albergue, les ayuda a poner, según las condiciones que indican, la lavadora.

Muy risueñas y dicharacheras explican que comenzaron el Camino el 14 de julio en Bilbao y que el casco histórico de Oviedo les «ha gustado mucho, sobre todo, sus iglesias y la Catedral». Del albergue, todo alabanzas, «cómodo y limpio».

Realmente, así es. Y así lo destaca Pablo Sánchez, tesorero de la Asociación Astur-Leonesa de Amigos del Camino de Santiago, que gestiona el albergue, y voluntario indispensable para que este funcione. Mañana y tarde, todos los días de la semana, Sánchez está en la ‘casa de los peregrinos’ para atenderlos. Enamorado, como cabe esperar, del Camino de Santiago, ha hecho todos, «los habidos y por haber», desde que inició su primera andadura en 1995.

Junto a una escultura de Santiago Apóstol que preside la entrada explica que en el Seminario, con catorce habitaciones y sesenta y cinco plazas, disponen de «capacidad suficiente» para atender a los viajeros, que abonan 7,5 euros por noche (solo pueden estar una, a no ser que se produzcan excepcionalidades por lesiones o mala salud y «les dejamos una más»). Dinero necesario que revierte en la gestión del albergue y la contratación de sus dos trabajadores. El alquiler las dependencias corren a cargo del Ayuntamiento de Oviedo.

Justamente, el Consistorio y el Principado han anunciado un futuro albergue de peregrinos en el monasterio de Las Pelayas, con una entrada independiente junto al jardín de los Reyes Caudillos. Sánchez explica que, aunque están bien en el Seminario, con el que tienen «una relación buenísima, y donde cumplimos diez años», el traslado a la casa de las Benedictinas será favorable por su cercanía a la Catedral, «es lo natural». De momento, está a la espera de saber más detalles del proyecto y cuándo podrá hacerse realidad.

Hombres, los que más

La mayoría a pie, otros en bici y «dos o tres a caballo». Los peregrinos han llegado al albergue de estas formas. Alemanes, italianos, franceses o polacos son los extranjeros que más recalan en Oviedo haciendo el Camino, aunque «salvo de África» pueden llegar «desperdigados hasta de China». En proporción, «50% son foráneos y 50% españoles», explica Gómez. «La gran mayoría hombres, el doble o más».

En lo que va de año, han pasado 2.300 peregrinos; «en julio y agosto tenemos del orden de 25 personas al día», cuando antes de la pandemia, detalla Sánchez, «eran 50 o 60». Los números no acaban de recuperarse, dice Sánchez, sobre todo por la caída de viajeros extranjeros. El impulso municipal a ‘Oviedo, Origen del Camino Primitivo’ se percibe, quizá más, por la ciudad, porque «no todos se quedan en el albergue, también van a hostales».

Llegar a las cifras del año pasado, cuando se superaron los 5.162 peregrinos registrados a 30 de noviembre parece difícil. Con todo, el albergue continuará abierto, todos los días, dando la mejor atención a los caminantes. Mañana lunes, tras la festividad de Santiago Apóstol, recibirán al ‘Peregrino del Año’.


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