El frío invierno de los albergues de Sarria - Camino de Santiago

El frío invierno de los albergues de Sarria

El Camino de Santiago desde Sarria: albergues y otros alojamientos :: Guía del Camino de Santiago
Peregrinos atravesando Sarria

La situación de los albergues durante la temporada baja del Camino de Santiago es muy distinta de lo que se vive en los meses de verano. En Sarria, un punto clave del Camino Francés, solo unos pocos albergues privados permanecen abiertos para ofrecer refugio a los escasos peregrinos que se aventuran en esta época del año.

Esto contrasta enormemente con la alta ocupación que se da durante los meses estivales, cuando la pequeña villa se convierte en uno de los principales centros de acogida del Camino. Esta dinámica se repite en muchas otras localidades por donde transcurre la ruta jacobea, pero la relevancia de Sarria es particular, dado que es el último gran punto de partida para aquellos peregrinos que desean completar los últimos 100 kilómetros hasta Santiago, la distancia mínima para obtener la Compostela, el certificado de la peregrinación.

A pesar de la importancia de Sarria en la ruta, en invierno son pocos los establecimientos que mantienen sus puertas abiertas, lo que deja a los peregrinos con opciones limitadas. Algunos albergues, como Oasis y Credencial, continúan ofreciendo sus servicios, pero notan una caída drástica en el número de visitantes.

La Asociación de Amigos del Camino de Santiago en la Comarca confirma que estos negocios son los pocos que permanecen activos durante los meses fríos. Aun así, los que se hospedan en estos albergues suelen ser mayoritariamente peregrinos asiáticos, especialmente coreanos. Esta tendencia se ha visto en otros puntos del Camino Francés, pero en Sarria es particularmente evidente.

Este año, la temporada de peregrinación se ha alargado un poco más debido a las temperaturas suaves que se extendieron hasta octubre. Sin embargo, con la llegada del frío invernal, la presencia de peregrinos disminuye notablemente. A pesar de la predominancia de peregrinos asiáticos en invierno, también hay europeos y españoles que se atreven a caminar en estas condiciones. Un ejemplo de ello es el caso de Ángel y Marina, una pareja que comenzó su peregrinación en Francia a finales de diciembre. Ángel, natural de Torrevieja, lleva más de 11 años haciendo el Camino en invierno y reconoce las dificultades para encontrar albergues abiertos, así como lugares para comer o incluso comprar provisiones en supermercados. Sin embargo, ambos comparten que estos retos hacen que cada pequeña victoria, como encontrar un sitio donde alojarse o comer, se disfrute con más entusiasmo y satisfacción.

Para los propietarios de los albergues que deciden mantener sus puertas abiertas durante la temporada baja, la rentabilidad es un desafío. Cristina González-Zaera, encargada del albergue Oasis, subraya que, además de los gastos habituales, el frío del invierno obliga a encender la calefacción, lo que incrementa significativamente los costes. Aun así, aquellos que se hospedan en su albergue suelen ser peregrinos que han comenzado su andadura en Roncesvalles, en el inicio del Camino Francés. Estos peregrinos invernales, según González-Zaera, son de los más agradecidos, especialmente por el acceso a la cocina del albergue, donde pueden preparar sus propias comidas utilizando los utensilios disponibles.

En el albergue Credencial, su propietario, Iker Trevijano, ha podido mantener el servicio de hospedaje gracias a la cafetería, que es frecuentada por los vecinos de la localidad. Aunque la afluencia de peregrinos es baja e irregular —con días en los que llegan grupos de más de 10 personas y otros en los que no aparece nadie—, Trevijano gestiona los gastos manteniendo en uso solo una habitación del albergue, lo que reduce los costes operativos.

Aunque operar en temporada baja pueda no ser económicamente viable para muchos, lo que prevalece entre los propietarios de estos albergues es el espíritu hospitalario que caracteriza el Camino de Santiago. Estos hospitaleros, aun a sabiendas de que la rentabilidad es baja, se mantienen motivados por la idea de ayudar a aquellos peregrinos que se aventuran a recorrer el Camino, incluso en las condiciones más duras del invierno.

Sarria, como una de las localidades más importantes del Camino de Santiago, sigue siendo un bastión de hospitalidad incluso en los meses más fríos. A pesar de las dificultades, los albergues que permanecen abiertos continúan ofreciendo una cálida bienvenida, manteniendo vivo el espíritu del Camino y demostrando que, independientemente de la época del año, Sarria sigue siendo un lugar crucial para los peregrinos que buscan completar su peregrinación a Santiago de Compostela.

Basado en El Progreso

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