
El albergue de peregrinos de Irún, situado en la calle de Lesaka 1, acoge a caminantes que realizan el Camino de Santiago del Norte durante todo el año. Este espacio abrió sus puertas en 2007, y en 2018 se realizaron importantes mejoras en sus instalaciones para adaptarse a las necesidades crecientes de los peregrinos. Además, ofrece la credencial a los peregrinos, independientemente de si se alojan o no en el albergue, lo que facilita el acceso a este documento esencial para quienes recorren las diferentes rutas hacia Santiago.
Uno de los voluntarios del albergue, José Luis García, se encontraba en el interior del local junto a una compañera, proporcionando información a un peregrino que acababa de llegar a la ciudad. Según García, “este año está viniendo mucha gente, de hecho, el número de caminantes está siendo mayor en comparación con el año pasado, pero de una manera diferente. Hasta el momento hay más gente que en otros años“.
Diversidad de orígenes y motivos
El voluntario destaca también la gran diversidad de personas que eligen alojarse en el albergue de Irún. “Viene gente de todo el mundo, por ejemplo, esta semana hemos tenido a dos personas de Sudáfrica. La distancia no importa, vienen literalmente de todos los rincones del mundo“, afirmó García.
Lo más curioso es que, según su experiencia, “hoy en día, diría que solo el 10% de los peregrinos hacen el Camino por motivos religiosos o de fe. La mayoría lo hace por otras razones, ya sea deportivas, para encontrarse a sí mismos o incluso para ligar“. Hace hincapié en que “hay muchísimas motivaciones, pero ya no es como antes, cuando la religión era la principal razón. Hoy en día, eso es minoritario“.
Instalaciones del albergue
En cuanto a las comodidades del albergue, García explica que “tenemos una cocina amplia y completa. La mayoría de la gente prefiere cocinar aquí, aunque también hay muchos que optan por salir a comer a algún restaurante de Irún. Muchos eligen el menú del día“, añadió. El albergue dispone de 60 camas distribuidas en varias habitaciones, con 20 camas en cada una. Además, cuenta con cuatro baños y cuatro duchas en la planta superior, y otros cuatro baños y dos duchas en la planta inferior.
Mientras seguían llegando peregrinos al albergue, García relata cómo funciona la rutina diaria en el lugar: “Por las mañanas, a las 6:30 horas, ponemos música suave para que los caminantes empiecen a despertarse, y encendemos las luces. Les ofrecemos el desayuno porque, desde aquí hasta Pasajes San Juan, que es la primera etapa del Camino, no hay nada abierto. Desayunan, preparan sus cosas y, eso sí, a las 8:00 horas todos tienen que estar fuera, porque tenemos que empezar con la limpieza y dejar todo listo para los nuevos peregrinos que llegan ese día“.
El albergue, de titularidad municipal, está gestionado por la Asociación Jacobea lrun – Bidasoa (JAKOBI), y quienes atienden a los peregrinos son todos hospitaleros voluntarios vinculados a la Asociación.
Este albergue se ha convertido en un punto de referencia para los caminantes que comienzan su aventura en Irún, no solo por sus completas instalaciones, sino también por la calidez y el apoyo que brindan los hospitaleros voluntarios. Con la constante afluencia de peregrinos de todos los rincones del mundo, el albergue de Irún sigue siendo un pilar importante en la experiencia de quienes recorren el Camino de Santiago, ya sea por motivos espirituales, personales o simplemente para disfrutar de una aventura única.
Basado en El Diario Vasco / Ane Piñeiro