Menos peregrinos en el albergue de Logroño - Camino de Santiago

Menos peregrinos en el albergue de Logroño

Albergue de peregrinos municipal de Logroño, La Rioja - Camino Francés :: Albergues del Camino de Santiago
Vista del patio interior del albergue de peregrinos de Logroño

El albergue de peregrinos de Logroño está experimentando una notable disminución en el número de caminantes del Camino de Santiago en comparación con años anteriores durante estas fechas. Este descenso se atribuye principalmente a las altas temperaturas, que están llevando a los peregrinos a optar por rutas más frescas para alcanzar Santiago de Compostela. Así lo afirma Carmen García, hospitalera de este albergue, quien explica que “cada vez más gente va a Santiago, pero eligen otros caminos más frescos“, evitando el trayecto que pasa por la capital de La Rioja.

A pesar de esta disminución, Logroño sigue siendo un punto fundamental en el Camino de Santiago, especialmente en el Camino Francés, que es una de las rutas más emblemáticas. Logroño no solo ofrece a los peregrinos un lugar de descanso, sino también la oportunidad de disfrutar de la riqueza cultural y gastronómica que caracteriza a la ciudad, haciéndola una parada esencial en la ruta hacia Santiago. El albergue de la ciudad, inaugurado hace ya varios años, es un refugio para caminantes de todas partes del mundo, y a lo largo de su trayectoria ha recibido a miles de peregrinos que buscan un respiro en su viaje.

Carmen García, que lleva ocho años trabajando como hospitalera en este albergue, siempre en la misma época del año, ha notado una diferencia en la afluencia de peregrinos, especialmente en este año, cuando dice que llegan “bastante menos” que en temporadas anteriores. Aunque el número de peregrinos ha disminuido, la diversidad de sus procedencias sigue siendo impresionante. En un solo día, el albergue puede recibir caminantes de lugares tan variados como Portugal, Francia, Dinamarca, Noruega, Estados Unidos, Taiwán y, por supuesto, España.

El Camino de Santiago, y en particular el tramo que pasa por Logroño, sigue siendo una experiencia enriquecedora para peregrinos de todas partes del mundo. A pesar de la bajada en las cifras, la hospitalera subraya que el objetivo principal de los peregrinos al llegar al albergue es el mismo: descansar. Este lugar les ofrece todo lo necesario para relajarse después de una jornada intensa de caminata. “Sobre todo, ellos quieren descansar y tener un sitio en el que darse una ducha“, comenta García. El albergue de Logroño tiene un patio fresco donde los peregrinos pueden meter los pies en la fuente, lavar su ropa y disfrutar de un momento de paz antes de continuar su camino.

Además, el albergue permite a los peregrinos cocinar, aunque muchos de ellos prefieren aprovechar la famosa oferta gastronómica de Logroño, conocida por la Calle Laurel, un lugar muy solicitado por los caminantes que llegan en busca de las famosas tapas y pinchos riojanos. “Muchos quieren ir a comer a algún sitio y nos preguntan; otros vienen directamente sabiendo que en Logroño existe la Calle Laurel y quieren que les indiquemos dónde está“, explica García. La gastronomía, por tanto, juega un papel clave en la experiencia de los peregrinos que hacen parada en esta ciudad.

A pesar del descenso en el número de caminantes, Logroño sigue siendo una parada clave para aquellos que buscan no solo una experiencia física y espiritual en el Camino, sino también un encuentro con la cultura local. Sin embargo, García señala un cambio curioso: cada vez menos peregrinos preguntan por la misa, algo que era habitual en años anteriores. “Antes preguntaban más cuando terminaban de inscribirse“, comenta la hospitalera, destacando cómo ha cambiado el perfil del peregrino en los últimos tiempos.

Entre los peregrinos que descansan en el albergue se encuentra David Roberto Santos, un joven de 20 años originario de Burgos. Para él, el Camino es una experiencia que va más allá de la religión: “Viajo por cultura y deporte, más que por motivos religiosos“, explica. A pesar de que al principio del recorrido no encontraba muchos españoles y se sentía algo solo, ha descubierto que la verdadera riqueza del Camino está en la convivencia con otros peregrinos en los albergues. “Conoces a mucha gente y es lo que más me está gustando“, añade.

Otra peregrina, Ellen Skavervd, de 54 años y originaria de Noruega, también disfruta de su estancia en Logroño junto a su marido. Para ellos, el Camino es una forma de liberar el estrés acumulado en sus trabajos. “Es bueno venir aquí y que la única tarea que tengas sea ir de un pueblo hasta el siguiente“, comenta Ellen, señalando cómo esta experiencia les permite desconectar del estrés diario y disfrutar de momentos juntos. Aunque no viajan por motivos religiosos, encuentran interesantes las iglesias que visitan a lo largo de su recorrido.

Ellen destaca la riqueza cultural del Camino y la oportunidad de conocer lugares que nunca habría visitado de otra forma, así como de interactuar con personas de todo el mundo. Sin embargo, admite que lo más difícil para ella es el calor, un obstáculo común para muchos peregrinos en esta época del año. Para combatirlo, ella y su marido han desarrollado un método que les permite seguir adelante sin sucumbir a las altas temperaturas: “Empezamos el recorrido a las 6 de la mañana e intentamos caminar por la sombra“.

En definitiva, aunque las cifras de peregrinos en Logroño puedan haber disminuido debido al calor, la ciudad sigue siendo una parte vital del Camino Francés y del Camino de Santiago en general. Logroño ofrece una experiencia única tanto a nivel cultural como de descanso, permitiendo a los peregrinos recargar energías antes de continuar su peregrinación hacia Santiago de Compostela.

Basado en EFE


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