El albergue abierto en dependencias del convento franciscano funcionó tres meses
El Hospital de Peregrinos San Antonio de Herbón, que funciona en una parte de las instalaciones del convento padronés, cierra sus puertas el próximo sábado después de tres meses de acogida de caminantes. No obstante, el servicio de albergue en dependencias del monasterio franciscano volverá a abrir en el 2010, con motivo del Jacobeo, de modo que para entonces abrirá todo el año.
Y lo hará después de la «satisfacción» obtenida con la experiencia de los tres últimos meses, según relata el fraile superior del convento, Roberto Freire Hernando. De este modo, explica que, por parte de los hospitaleros voluntarios que atienden a los peregrinos, se valora como «moi positiva a experiencia». Plenamente satisfecho están también los responsables del propio convento franciscano, dada la «boa convivencia» que se plasma en la acogidas.
Y, por último, satisfacción también por parte de la Asociación Galega de Amigos do Camiño de Santiago, que es la que gestiona el albergue del convento, cuya localización está indicada en el municipio pontevedrés de Cesures con una flecha roja que marca un camino alternativo hasta Herbón.
En cuanto a las cifras de peregrinos acogidos, la media es de 2 por día aunque es dato es irregular de modo que hubo jornadas de 20 caminantes y otras de menos. El hospital de peregrinos San Antonio de Herbón tiene una capacidad de 22 plazas. Desde el 1 de agosto, abre todos los días de la semana, a partir de las cuatro de la tarde. Esta primera experiencia del convento padronés como albergue de peregrinos en una parte de sus instalaciones ha servido, según relata el fraile Roberto Freire Hernando, para descubrir algunas sorpresas. La primera, la variedad de peregrinos que realizan el Camino Portugués pese a que, por tradición jacobea, siempre destacó más el Francés.
De este modo, los caminantes acogidos tienen una procedencia muy variada, de países como Polonia, Alemania o Estados Unidos, entre otros. También los hay portugueses, aunque no son los que más. Y otra «sorpresa», aunque en este caso para los peregrinos y muy grata, es saber que en el albergue se les sirve la cena y el desayuno de forma gratuita. Por su parte, los caminantes dejan el donativo que consideran oportuno. Buena es también la valoración hecha por los peregrinos sobre las instalaciones que usan.
Fuente: lavozdegalicia.es Uxía López