¿Cómo funcionan los albergues en el Camino de Santiago?

¿Cómo funcionan los albergues en el Camino de Santiago?

Cartel de un albergue de peregrinos
Cartel de un albergue de peregrinos

Los albergues son una de las partes más importantes para el desarrollo del Camino de Santiago por parte de los peregrinos.

En su mayoría, y por norma general, estos albergues son usados de manera exclusiva por los peregrinos que realizan a pie, en bicicleta o a caballo el Camino de Santiago y para poder tener acceso a ellos es necesario mostrar la credencial del peregrino.

Existen diferentes tipos de albergues, los cuales podríamos dividir básicamente en dos tipos: los albergues públicos y los albergues privados.

Dos tipos de albergues: públicos y privados

Los primeros, los albergues públicos, son los que tienen titularidad por parte de la administración pública, que puede ser un ayuntamiento, una comunidad autónoma, etc., incluso es probable que pertenezcan a algún tipo de colectividad religiosa como pueden ser las parroquias o  comunidades. Otros sencillamente son gestionados por alguna asociación o junta vecinal.

El caso de los segundos, los albergues privados, es diferente. Éstos pertenecen a algún particular. Todos los albergues, no importa si son públicos o privados, tienen sus singularidades, características y normas de actividad propias.

Lo habitual es que la forma de asignación de las plazas se lleve a cabo según el orden de llegada de los peregrinos, teniendo prioridad las personas que realizan el Camino de Santiago a pie.

Lugares para lavar y secar la ropa

La norma general es que sólo se puede pasar una noche, aunque dependiendo de los casos, se podría permitir que esta estancia se alargase.

En el caso de los albergues públicos no es posible realizar una reserva previa, algo que si puede llevarse a cabo en los albergues privados.

El coste de los albergues de peregrinos

El coste de los albergues públicos, por lo general, suele ser solamente un donativo voluntario, que sirve para cubrir los gastos de limpieza y mantenimiento del lugar, mientras que en el resto, el coste está entre los 3 y los 6 euros. Los albergues privados suelen tener un precio mayor, pero tampoco demasiado, entre los 6 y los 10 euros.

Gran parte de los albergues cuentan con lavabos, duchas con agua caliente, lugares preparados para lavar la ropa y tenderla. Otros, incluso tienen cocina a disposición de los peregrinos.

Cada vez es más habitual encontrar albergues que tengan lavadora y secadora, aunque este servicio se paga aparte además de acceso a Internet.

No podemos esperar hoteles de lujo, ya que hay que tener en cuenta que los albergues son el fruto del trabajo sin ánimo de lucro de un gran número de personas que sólo pretenden servir y ofrecer descanso a los agotados peregrinos.

Fuente: compostelavirtual.com

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