Pontevedra está viviendo una auténtica revolución gracias al Camino de Santiago. Con cada vez más peregrinos eligiendo la Ruta Portuguesa, la ciudad se ha convertido en un hervidero de nuevas ideas y negocios pensados para acoger a estos viajeros incansables. Desde tiendas de recuerdos hasta restaurantes de comida tradicional, la “industria del peregrino” está en pleno auge, y todo gracias a esa mágica combinación de historia, cultura y aventura que es el Camino.
Por ejemplo, en la famosa Rúa Virxe do Camiño, una pequeña tienda llamada Peregrino Market abrió sus puertas el pasado julio. John Walter Toro Zuluaga, uno de los empleados, nos cuenta emocionado cómo su hermana vio el potencial que ofrecía el paso continuo de peregrinos por la zona. “Aquí pasan muchos caminantes y queríamos que se llevaran un recuerdo especial de Pontevedra“, comenta con una sonrisa. Y vaya que si lo lograron, porque el flujo de visitantes ha sido impresionante.
Al lado de la tienda, el restaurante Novo Soto también ha visto como su negocio ha florecido. María Luisa Martínez Franco, la dueña, no puede ocultar su satisfacción: “Este verano fue una locura, ¡lleno total todos los días! Hasta hacían cola para comer“, dice con orgullo. Y no es para menos, pues su local, gestionado solo por mujeres, se ha convertido en uno de los favoritos de los peregrinos, en gran parte gracias a su delicioso menú tradicional. “Lo que más piden es caldo“, nos confiesa entre risas, “si no tengo, se llevan las manos a la cabeza“. Parece que el caldo gallego ha conquistado a los peregrinos tanto como las rutas del Camino.
Desestacionalización
Y es que la afluencia de peregrinos no solo se nota en verano. La famosa desestacionalización del Camino ha hecho que la temporada alta se extienda, y el otoño ya no es lo que solía ser.
Solo en octubre, más de 10.000 peregrinos cruzaron por Pontevedra, una cifra histórica. Y, si bien es cierto que en los Años Santo las cifras son aún mayores, la tendencia es clara: el Camino de Santiago ha dejado de ser un fenómeno limitado al buen tiempo. Ahora el Camino está vivo todo el año.
Auge de alojamientos
Este auge ha traído consigo una auténtica transformación en Pontevedra. La oferta de alojamientos se ha disparado, con un total de 13 albergues repartidos por toda la ciudad.
En la Rúa do Gorgullón, por ejemplo, encontramos el Dpaso Urban Hostel, regentado por los hermanos Manuel y Miguel Ángel Vidal. Lo curioso es que este albergue no era el plan inicial para el local. Manuel cuenta que originalmente lo compraron para montar una tienda de decoración, pero, al ver el aluvión de peregrinos, cambiaron de idea. “Decidimos montar un albergue porque Pontevedra no tenía capacidad para tanto peregrino, y la verdad, nos fue genial“, cuenta. Desde que abrieron en 2020, no han parado de recibir visitantes, sobre todo extranjeros. “Hay muchísimo americano y, sorprendentemente, muchos coreanos”, añade.
Coleccionar sellos del Camino
Pero más allá del negocio, el Camino de Santiago en Pontevedra también está lleno de curiosidades.
Por ejemplo, algo que no muchos saben es que coleccionar sellos para las Credenciales se ha convertido en una especie de pasatiempo para muchos peregrinos. Cristina Loureiro, quien trabaja en la Oficina de Turismo, nos cuenta que el sello del Camino es uno de los detalles más buscados por los caminantes, quienes hacen cola para llevarse este pequeño trofeo de su paso por la ciudad. “Algunos se vuelven locos con los sellos y coleccionan credenciales de todas partes“, comenta Cristina.
Muchas mujeres en el Camino
Y otro dato interesante: cada vez son más las mujeres las que se lanzan a la aventura del Camino Portugués. En octubre, más de la mitad de los peregrinos que pasaron por Pontevedra fueron mujeres, lo cual ha sido un cambio notable en los últimos años.
“Nuestro Camino es muy seguro“, asegura Tino Lores, presidente de la Asociación de Amigos del Camino Portugués, quien no oculta su orgullo por ver cómo esta ruta sigue creciendo en popularidad.
Eso sí, no importa de dónde vengan o cómo se desplacen. La mayoría de los peregrinos optan por la manera más clásica de recorrer el Camino: caminando, como en los viejos tiempos. Aunque también hay quienes eligen alternativas más creativas, como hacerlo a caballo, en bici, e incluso ¡en barco! Parece que no hay límites cuando se trata de llegar a Santiago.
En resumen, Pontevedra se ha convertido en un punto clave del Camino Portugués. Desde sus encantadores negocios hasta sus acogedores albergues, la ciudad ha sabido adaptarse a este constante flujo de peregrinos que, sin duda, han cambiado su fisonomía y su vida cotidiana. A cambio, los caminantes se llevan consigo un pedacito de la magia de esta ciudad gallega, donde la historia y la modernidad se encuentran al servicio de quienes buscan llegar a Compostela.
¡Buen Camino a todos!
Basado en Diario de Pontevedra /