Agosto intenso en el Albergue del Camino
Igartza, con su albergue de peregrinos, que fue abierto en 2011, se sitúa dentro de uno de los itinerarios del Camino de Santiago por el interior del País Vasco, en concreto del ramal que cruzando el río Bidasoa por Hendaya, discurre por el valle del Oria atravesando poblaciones como Tolosa, Ordizia, Beasain, Segura, para, salvando la sierra de Aizkorri, enlazar con la Llanada Alavesa.
La ruta, al menos desde la frontera hasta Zegama, también puede ser cubierta por monte, pasando por Hernio, Murumendi, Mandubia, etcétera. Cabe recordar que los caminos del norte fueron recientemente nombrados ‘Patrimonio de la Humanidad’ con todo lo que ello supone.
Cuando a partir del mediodía llegan hasta el albergue beasaindarra los peregrinos que vienen de cubrir una de las etapas, los hospitaleros les ofrecen cama, ducha, además de información, consejos y cuidados, y por supuesto el sellado de la credencial.
El jueves al atardecer, el albergue de Beasain, ubicado en pleno Conjunto Monumental de Igartza, estaba atendido por los hospitaleros voluntarios Ana Urkiola y Fermín Lopetegui, quien se encontraba enfrascado en la labor de recogida de todos los datos de estos meses correspondientes al registro de pernoctaciones del albergue beasaindarra, para que a la postre puedan ser consultados a través de la red, y lo hacía de forma extremadamente detallada.
Procedencia diversa
En lo que llevamos de agosto han pernoctado 174 peregrinos, «la mayoría procedentes de distintos puntos de España, pero también de Finlandia, Portugal, Suecia, Canadá y Estados Unidos», señalaba Lopetegui.
A Fermín no se le escapa ningún dato ligado a las milenarias rutas; es profundo conocedor de las mismas, pues no en vano las ha recorrido en 16 ocasiones. «Para camino largo, el de la costa», señalaba.
Sobre los grados de dificultad que pueden hacer acto de presencia en los recorridos, para Lopetegui «el vasco del Interior hasta San Adrián llega a ser el tramo más dificultoso por las pendientes», comentaba.
No conforme con patear la Ruta Jacobea ha cubierto el ‘Camino Ignaciano’ en cinco ocasiones. «La primera vez cubrí el tramo Loyola-Manresa de una tacada. Casualidad, era un 12 de marzo de 2012 cuando llegué al municipio catalán y ese día se estaba llevando a cabo la presentación del mismo», recordaba.
El jueves al atardecer, Ana y Fermin atendían a tres peregrinos que habían llegado hasta Igartza y que continuarían hasta Zegama por monte. Eran el donostiarra Iñigo Cabanillas, el gasteiztarra Carlos de Luis, y la catalana, de Esparraguera, Laia Serra.
Los tres se encontraban más que ilusionados preparando la ruta por el camino del Interior (el del monte) y a decir verdad estaban más que bien atendidos por los hospitaleros que cuidaban del Albergue.
Leído en Diario Vasco