Cumplir las condiciones para ser un albergue turístico de primera categoría y garantizarse la certificación verde del Green Building Council (GBC) de España son los ejes centrales del proyecto para reconvertir las que fueran oficinas de Gijón Fabril (luego Vicasa), en La Calzada, en el alojamiento prioritario para los peregrinos que pasen por Gijón camino de Santiago de Compostela por el Camino del Norte.
La decisión del tripartito de Foro, PP y Vox de seguir adelante con el proyecto heredado del gobierno de Ana González dio esta semana el empujón necesario para que puedan salir a licitación las obras de reforma del inmueble con un plazo de 14 meses y un coste de 1,6 millones. Medio millón llega de Europa gracias al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.
El albergue estará en el edificio norte de los dos que conforman el complejo y al que tienen acceso a través de un zaguán central. Son 1.100 metros de superficie construida. Los espacios se distribuyen en cuatro plantas incluyendo el sótano donde van, además de las instalaciones, el almacén y el vestuario del personal.
La planta baja dedica la mayor parte de sus metros cuadrados a espacios comunes como como la sala multiuso, el comedor, el área para bicicletas o la recepción. En esta planta también se ubican las habitaciones accesibles con seis plazas. Pero es en la segunda planta donde está el grueso del alojamiento con dos habitaciones de gran tamaño y otros dos más pequeñas que suman en total 48 plazas en literas. En el bajo cubierta se proyecta una lavandería y 4 dormitorios dobles con baño. El albergue suma 62 plazas.
En favor de esa buscada certificación verde se han diseñado actuaciones como una zona de aparcamiento y mantenimiento de bicicletas –no hay que olvidar que hay un carril bici en la zona que busca dar servicio también a los peregrinos–, la ubicación de contenedores de recogida selectiva de papel, vidrio y envases, pero también de pilas o CD, un sistema de riego por goteo y un plan de recuperación de materiales. La apuesta en verde incluye ajardinar el zaguán con laurel, romero, acebo y brezo. Junto a las plantas se instalará un hotel de insectos. Y en la cubierta, y tras conseguir las autorizaciones pertinentes al ser un edificio protegido, se ha fijado la ubicación de paneles fotovoltaicos.
El hecho de que el edificio de Vicasa esté en el Catálogo Urbanístico también marca la restauración de unas fachadas muy deterioradas por el agua. Además de arreglarlas se les va a cambiar el color siguiendo la estética del edificio original en base a unas imágenes que se conservan en el Pueblu d’Asturies.
Los problemas de accesibilidad fueron la razón por la que el gobierno del PSOE rechazó seguir adelante con la propuesta de Foro y PP de tener el albergue en la Casa Paquet, en Cimadevilla. Este aspecto se cuida en Vicasa con la ubicación de habitaciones accesibles en la planta baja pero también con el diseño de itinerarios accesibles, con la sustitución del ascensor y con sistemas de identificación visual y táctil en las distintas estancias. Una de las mejoras previstas supone instalar un bucle magnético en el mostrador para dar apoyo a las personas con discapacidad auditiva.
Una tercera vida en el turismo tras ser oficina de una fábrica y centro sindical de formación
Si todo sigue adelante sin contratiempos en 2025 el edificio de la calle de Las Industrias que ahora comparte vecindad con el gran espacio comercial y de ocio de La Calzada podría empezar una tercera vida, ahora como alojamiento para turistas. Y más en concreto para peregrinos.
Un nuevo capítulo en una historia que arranca en 1900 cuando tras llegar de Cuba Antonio Díaz Blanco crea Gijón Industrial como fábrica de botellas de vidrio. El cierre de esta empresa daría paso en 1915 a la sociedad Gijón Fabril como heredera de sus bienes y asentada en La Calzada. El complejo fabril llegó a tener más de 87.000 metros cuadrados de superficie llenas de instalaciones y en 1965 había trabajando más de 500 operarios que sacaban al día 200.000 botellas, además de envases para conservas y salsas.
De la especialización en botellas se pasó a los moldes de hierro en 1982 y de La Calzada a Porceyo se fue la fábrica en 1994. De aquella gran fábrica solo se mantuvieron en pie los dos edificios gemelos que ocupaban la parte técnica y administrativa.
Y mientras el resto del espacio se llenaba de viviendas, un centro comercial y cines, sobre los edificios se hizo en 1993 una cesión del Ayuntamiento a los sindicatos UGT y Comisiones Obreras para que pusieran en marcha un centro de formación. Para ello se hizo una reforma integral del inmueble en 2000. CC OO fue su último vecino marchado en 2109.