Lo que Dries Nuitten sintió por el Camino de Santiago fue un auténtico amor a primera vista.
Fue en 2017, cuando tenía 37 años. Este belga, residente en Amberes, se encontraba «abrumado por el sistema». Trabajaba como cocinero en un restaurante y también era profesor de teatro, pero decidió emprender la ruta jacobea en busca de su propio rumbo, siguiendo el consejo de su padre. Al llegar a Santiago, algo profundo despertó en él. «Hice el Camino Francés solo, sin ninguna preparación, y me enamoré de la experiencia. Me di cuenta de que quería hacer del Camino mi vida, aunque no sabía cómo. Por eso, decidí continuar hasta Finisterre», recuerda con emoción.
Siete años después, una pandemia mundial y tras recorrer seis Caminos diferentes, Dries ha encontrado su propio camino, pero no como peregrino, sino como hospedero de Casa Alternativo, un albergue que ha creado en Orbenlle (O Porriño), un lugar donde él asegura que «la magia reina».
Este cambio radical en su vida lo llevó a dejar Amberes para establecerse en la pequeña parroquia de Orbenlle. Dejó su gran cocina en Bélgica por la del albergue que él mismo construyó, usando materiales reciclados. Para Dries, Casa Alternativo es su primer hogar en propiedad, ya que, antes de este proyecto, solía trabajar seis meses y viajar los otros seis, compartiendo vivienda con amigos para ahorrar. Ahora ha echado raíces en Galicia, y aunque solo puede viajar en los meses de diciembre y enero, cuando el albergue está cerrado, no se arrepiente ni por un segundo de su decisión. «Antes, era yo quien viajaba por todo el mundo, pero ahora es el mundo el que pasa por mi albergue, con personas de todas las nacionalidades. A veces llegan hasta nueve culturas diferentes a la vez», comenta entusiasmado.
Casa Alternativo no es solo un lugar para hospedarse, sino «un proyecto de vida» que Dries comparte con los peregrinos que recorren el Camino Portugués. Para él, trabajar en el albergue es un regalo, porque cada día comparte su experiencia con otros peregrinos como él. «Cada día es especial y diferente», dice, subrayando lo enriquecedora que es esta experiencia.
Antes de establecerse, recorrió cientos de kilómetros a pie buscando el lugar adecuado para su albergue. El proceso de construcción coincidió con la pandemia, pero nada lo detuvo para cumplir su sueño, uno que se le reveló en Pamplona. Fue allí donde pasó tres meses en 2017, el mismo año en que decidió cambiar radicalmente su vida. Recuerda con claridad el momento en el Alto del Perdón, donde pasó tiempo haciendo fotografías y postales de otros peregrinos. «En ese momento supe que quería un espacio propio, y allí decidí que quería construir un albergue», rememora Dries.
Así comenzó su búsqueda. Pasó seis meses caminando, explorando rutas como el Camino Inglés, la Vía de la Plata y el Camino Portugués, hasta que en 2018 llegó a Tui, donde le ofrecieron la oportunidad de ser voluntario en el albergue de Pazos de Reis. Esta experiencia le permitió ganar más conocimientos en el ámbito de la hospitalidad, y lo acercó aún más al lugar que finalmente eligió para asentarse. «Cuando vi este terreno en Orbenlle, sentí algo mágico. Solo había cuatro paredes de una casa, pero decidí regresar a Bélgica para trabajar y ahorrar lo necesario para terminarla», relata mientras su perro, Otto, lo acompaña fielmente.
Casa Alternativo es diferente a cualquier otro albergue. Dries lo construyó a mano, utilizando materiales reciclados, y vive allí como un peregrino más. Su espacio privado es una yurta que su prima le compró en Mongolia, pero todo lo demás lo comparte con los peregrinos que llegan. El precio por noche es de 30 euros e incluye tanto el desayuno como la cena, que Dries cocina personalmente, y se sirven en una mesa común. «Todos los productos son orgánicos. Siempre ofrezco menús vegetarianos o con pescado, pero no carne», aclara.
La personalidad bohemia de Dries se refleja en el mobiliario del albergue, que es colorido y variado. Ha creado múltiples espacios de encuentro para los peregrinos, como una zona de piscina y un paseo entre árboles que aún está perfeccionando. Aunque la pandemia lo sorprendió justo después de abrir su albergue, la actividad despegó definitivamente en abril de 2022.
Casa Alternativo ha sido muy bien recibida, y de mayo a septiembre suele estar completamente llena. Aun así, siempre es recomendable reservar con antelación.
«No cambio Bélgica por Orbenlle», afirma Dries. «El Camino me cambió la vida, y aquí, en este lugar, reina la magia. Es un verdadero paraíso para cualquier peregrino», concluye satisfecho.
Basado en La Voz de Galicia /