– Los 18 albergues de los que dispone la comarca durante el verano se reducen a seis cuando llega el frío. Y, mientras en época estival a veces son insuficientes, en invierno alguna vez no se acerca nadie.
– Torres del Río, con 165 habitantes, tiene la mayor oferta de alojamiento de la ruta con sus dos albergues abiertos
En verano, la red de 18 albergues de la ruta jacobea de Tierra Estella se inicia desde la frontera de la comarca con Valdizarbe y, casi de forma ininterrumpida, aparece en todas las localidades que jalonan el Camino de Santiago. Pero en invierno, el primer alojamiento específico para peregrinos que conserva sus puertas abiertas todo el año hay que buscarlo en Estella.
Ayegui, Los Arcos, Torres del Río y Viana mantienen algunos de los suyos hasta completar una lista de seis; un séptimo arqueño, también con servicio en invierno, ahora está en plena reforma.
La oferta es más que suficiente para los escasos peregrinos que se aventuran a llegar hasta Santiago durante los meses fríos. Aunque, apuntan desde los albergues, el número va en aumento y más este recién estrenado 2010 que es Año Santo Jacobeo. Así que, como ocurrió en Estella, en Navidad coincidieron hasta 10 peregrinos. Pero lo normal es que se encadenen varias jornadas sin que aparezca ninguno.
En Lorca,los hospitaleros de los dos albergues de peregrinos apuestan por los meses estivales para abrir sus respectivas dependencias. Pero en el bautizado como La Bodega del Camino, la propietaria Marisol Suescun Serrano hace una excepción. “Si llama un grupo numeroso con antelación les abro el albergue. Pero no suele ocurrir porque en estas fechas la mayoría camina en solitario o, como mucho, en tríos”.
Poner calefacción
En Villatuerta, su único albergue que inauguraron en junio del 2009 la pareja formada por el valenciano Miguel Gil Yuc y la brasileña Simone Londero tampoco abre en invierno. Pero esta situación podrá variar el próximo. “Estamos pendientes de unas ayudas para instalar calefacción, el requisito necesario de cara a dar servicio todo el año”, explica Simone Londero. “Pero hay ocasiones que si viene un peregrino y nos llama le hacemos un hueco”.
En Estella,el albergue que gestiona la Asociación de Amigos del Camino de Santiago sólo cierra en Navidad aunque este año las obras de mantenimiento del edificio les ha obligado a suspender el servicio invernal. Sí se mantiene abierto el parroquial de San Miguel. “En Navidad y otras fechas puntuales yo me encargo de recibir a los peregrinos. El resto del tiempo se ocupan integrantes de una red de voluntarios”, cuenta David Galarza Fernández, párroco de la iglesia de San Miguel. “Ha sido en Navidad cuando más gente hemos tenido porque en invierno son las pocas vacaciones que hay para hacer el camino”.
En Ayegui,sólo hay un albergue, el de San Cipriano, que también atiende durante todo el año. “En invierno pasa poca gente, uno o dos a la semana o como mucho cuatro. Es gente que quiere hacer la ruta en solitario, sin los agobios del verano. ¿Perfil? No hay ninguno, pasan peregrinos de todas las generaciones y nacionalidades”, indica Francisco Tobes García.
En Villamayor de Monjardín, ninguno de sus dos albergues -el parroquial y el de la fundación holandesa cristiana Oises Trael- abre durante los meses invernales pero merece la pena detenerse en esta localidad para hablar de las novedades que le esperan al caminante este verano. El vecino Víctor del Villar Olano ha cedido un terreno a la entrada de la localidad para trasladar el alojamiento parroquial que se ubicaba en una bajera de su propiedad. “Y el Ayuntamiento aprovechará para dignificar el acceso de Villamayor de Monjardín en esta zona con la rehabilitación del lavadero”, desvela Eugenio Fernández Barbarin, alcalde de la localidad.
En Los Arcos, dos de sus tres albergues también continúan con la actividad en los meses fríos aunque este año el de Las Fuentes está cerrado por unas obras de reforma. Así que se mantiene la oferta en solitario de la mano de Casa Alberdi.
La anécdota en este recorrido llega en Torres del Río, que con apenas 165 habitantes, se convierte en uno de los municipios con mayor oferta de alojamiento. Tanto Casa Mari como el gestionado por Julio Arizcorreta abren sus puertas todo el año. En cambio, el responsable del de Sansol, Arcadi Tolosa Vergara, cierra en torno a noviembre. “No tengo calefacción, así que hacemos un paréntesis hasta marzo”.
Y en Viana, mientras el parroquial ofrece su servicio del 1 de junio al 1 de octubre, el municipal recibe a los peregrinos durante los 12 meses. Desde Semana Santa hasta octubre, el servicio se deja en manos de dos albergueras. El resto del tiempo, se coloca un cartel con el teléfono móvil de los alguaciles para que vayan a franquearles el acceso a las instalaciones, que deben abandonar a las ocho de la mañana.
Fuente: diariodenavarra.es