Los alojamientos ubicados en el Camino de Santiago han recibido de Ecoembes papeleras azules y amarillas, un libro para llevar el recuento del vaciado de papeleras, felpudos para colocar en la entrada con las palabras “bienvenido a un albergue sostenible” (también llamados “ecoalbergues”), y la insignia de “hospitalero sostenible” para los anfitriones, identificándolos así como parte del proyecto “Camino Sostenible”.
También han sido equipados con letreros explicativos sobre cómo funciona el reciclaje; pegatinas con mensajes como “apaga la luz, enciende tu lado eco” acompañando los interruptores y las lámparas; o “cierra el grifo ante el derroche de agua” al lado de los fregaderos y lavabos; y carteles con imágenes de la belleza del camino y el lema de la campaña: “Mil formas de vivirlo, solo una de conservarlo: recicla”, adornando las paredes.
“Da igual por qué motivo se lanzan las personas al Camino de Santiago: por razones culturales, religiosas, turísticas… Hay muchas maneras de hacerlo, pero solo una de conservarlo: evitando la ‘basuraleza’”, explica Carolina Martín.
“Basuraleza” es el término con el que en Ecoembes se refieren a la basura que se acumula en la naturaleza: “Es una palabra que ojalá muriera, porque significaría que se ha acabado el problema… Pero desgraciadamente existe, y hay que ponerle un nombre”, añade.
Concienciar a los peregrinos acerca de lo problemático de esta “basuraleza” y de la importancia de un “Camino Sostenible” no sería posible sin estas iniciativas pero, a su vez, tampoco podría tener lugar sin la colaboración de los “hospitaleros sostenibles” que, en cada albergue, informan a los visitantes y les proveen de todo lo necesario.
Uno de ellos es Isaac, del albergue público de San Lázaro, en la propia ciudad de Santiago de Compostela. Según relata, “no todo el mundo recicla correctamente porque falta información, así que nosotros suplimos esa labor”. “Nosotros ya reciclábamos antes, pero ahora con esta campaña fantástica creemos que se ha transmitido a los peregrinos mucho mejor”, explica este hospitalero sostenible.
“Ecoperegrino” misterioso.
Este año, a los peregrinos que visitan los albergues se les entregan bolsas reusables para que transporten la basura generada en su recorrido y la reciclen en los contenedores adecuados. Y, según Isaac “cada vez se ven más personas llegando a Santiago con las bolsas amarillas, llevándolas consigo desde otros tramos de la ruta”.
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