Un Ayuntamiento con dos albergues - Camino de Santiago

Un Ayuntamiento con dos albergues

El Burgo Ranero, León :: Guía del Camino de Santiago
El Burgo Ranero, León

El Burgo Ranero y Calzadilla de los Hermanillos cuentan con dos albergues de carácter municipal para dar cobijo a los peregrinos que se decanten por una u otra ruta hasta alcanzar Mansilla de las Mulas El Ayuntamiento de El Burgo Ranero es uno de los pocos del Camino de Santiago que gestiona dos albergues para peregrinos: uno ubicado en la propia localidad y otro en Calzadilla de los Hermanillos. Ambos abrieron sus puertas en 1991, de cara al Santo Jacobeo que se celebraría dos años después, con la finalidad de atender las necesidades de cobijo de los peregrinos que se decantasen por una u otra ruta, en el tramo que va de Calzada del Coto a Mansilla de las Mulas.

Ambas rutas tienen orígenes jacobeos remotos, aunque la que atraviesa Calzadilla de los Hermanillos es la de mayor antigüedad. Los primeros peregrinos que se dirigían a Compostela aprovecharon una parte de las infraestructuras existentes, como fue el caso de la Calzada Romana o Vía Trajana que pasa por el municipio.

“Por ella pasaron camino de Roma el oro de las minas del Bierzo y las legiones que lo custodiaban. Y por allí han desfilado desde hace siglos y desfilan ahora, cientos de miles de peregrinos de los que van a Santiago”, afirma el veterano periodista y escritor Félix Pacho Reyero en una de las publicaciones auspiciadas por el municipio para relanzar la ruta.

En 1993, el Gobierno regional decidió acondicionar un tramo del Camino entre Calzada del Coto y Mansilla de las Mulas, y lo hizo por el trazado más al sur, el que une Bercianos, El Burgo Ranero y Reliegos. “Es más cómodo porque pasa por tres localidades y tiene más sitios de descanso, de sombra, pero también es un poco más artificial que el que está más al norte. Aquel es mucho más duro, porque de Calzadilla a Mansilla recorres 22 kilómetros sin ningún pueblo. Como hay para todos los gustos, también encuentras a peregrinos que salen de Calzadilla y se pasan al otro camino por El Burgo Ranero. Lo que está claro es que el tramo entre Calzada del Coto y Calzadilla de los Hermanillos es muy, muy bonito”, explica el alcalde de El Burgo Ranero, Gerásimo Vallejo.

Precisamente, esa ruta pasa por un bello paraje llamado Valdelocajos, en el que se combinan robles, encinas y bajo matorral. También allí encuentran su hábitat muchas especies, como conejos, tejones, jabalíes, alcotanes, lechuzas, búhos e incluso lobos. A un kilómetro, se halla un área de descanso rehabilitada por algunos jóvenes del lugar, donde el peregrino encontrará fresca y un refugio donde cobijarse.

Tres kilómetros después se llega a Calzadilla de los Hermanillos. Un pequeño pueblecito que debe su nombre al hecho de asentarse en plena calzada romana, y su diminutivo, a que la Abadía de Sahagún instaló un pequeño destacamento de ‘hermanos’ que tenían como fin principal dar hospedaje y atención hospitalaria a los peregrinos que por allí transitaban.

“Cuando se empezó a promocionar la ruta de El Burgo, hubo cuatro o cinco años en los que casi dejaron de pasar peregrinos, cuando antes del 93, el 90 por ciento iba por Calzadilla. A veces por intereses o por ignorancia, no creo que con malicia, se olvidaron de que la de Calzadilla era la más antigua. La gente que es de esos pueblos, donde te quieren borrar de un plumazo, pues se sienten molestos y agraviados, y tampoco es esto. Cada uno estamos orgullosos de donde somos y nos aferramos a lo poco que tenemos, y en poblaciones de esas tan pequeñas pues se aferran a que por ahí siempre pasó el Camino de Santiago”, reflexiona Vallejo.

En Calzadilla de los Hermanillos el albergue se ha dado en llamar ‘San Bartolomé’, “porque es el patrón del pueblo”. Las instalaciones disponen de 20 literas, duchas de agua caliente, cocina eléctrica para cocinar, salón comedor y exteriores para colgar la ropa. En el de El Burgo Ranero, una antigua casa rectoral rehabilitada, cuentan con 32 plazas distribuidas en cuatro habitaciones en la parte superior, mientras que en la inferior se encuentran un salón, baños con duchas y una cocina equipada con lavadora y secadora. En ambos, además, existe conexión a Internet.

Y ambos son gratuitos, característica que lejos de suponer un problema ha resultado fructífera. Los donativos que dejan sus usuarios han permitido acondicionar mejor los albergues, dotarlos de mayores comodidades y hacer los correspondientes arreglos durante el invierno. “Nosotros tomamos la decisión de no cobrar y me parece acertada porque no presionas a nadie. Hay gente que viene sin posibles y le da cobertura otra gente que sí tiene medios económicos”, argumenta el edil.

Este apasionado de la ruta jacobea defiende con fervor que el hecho de ofrecer dos albergues municipales enriquece a ambos municipios: “Nos pone en el mapa y eso es importante. En Calzadilla, por ejemplo, estuvo una chica de Corea del Sur tomando datos y después nos mandó un libro que había escrito sobre el Camino, con fotos del pueblo, e incluso con algunas de las personas con las que habló, y eso es precioso”.

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