El Camino de Santiago es una famosísima ruta que recorre buena parte de España y que tiene como destino final llegar a la Catedral de Santiago de Compostela (Galicia), donde se veneran las reliquias del Apóstol Santiago el Mayor.
Y no es solo uno, sino muchos los caminos que nos llevan hasta Santiago. El más conocido y transitado es el Camino Francés que, partiendo de Saint-Jean-Pied-de-Port, cruza el norte de España hasta Santiago. Pero hay muchos más, como el Camino del Norte, por la costa cantábrica, el Camino Portugués, el Camino Primitivo, la Vía de la Plata, el Camino Inglés, …
A las personas que , procedentes de todo el mundo, realizan esta ruta se las conoce como peregrinos.
Estas peregrinaciones comenzaron en el año 921 aproximadamente, cuando se hallaron los presuntos restos del Apóstol. La fe y creencia en los milagros de Santiago se extendieron por todo el mundo cristiano, provocando que oleadas de gentes de todo el orbe cristiano comenzaran a acudir hacia Santiago para obtener su gracia.
El primer peregrino conocido fue Gotescalco, obispo de Le Puy-en-Velay (Francia), en el año 950; posteriormente sería Raimundo II, marqués de Gothia, quien recorrería el Camino; y un siglo después visitaría la tumba el arzobispo de Lyon.
Pero junto a estos ilustres personajes acudieron a Santiago cientos de miles, cuando no millones, de creyentes de todos los lugares y condiciones, cada vez en mayor número durante la Edad Media.
El Camino de Santiago se puede realizar de diversas maneras; como peregrinación religiosa el objetivo es llegar a Santiago de Compostela, no importa el medio, sea a pie, caballo, bicicleta, etc.
Por otra parte, el Camino de Santiago ha sido reconocido en diferentes ocasiones, ostentando títulos tales como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, Itinerario Cultural Europeo y el título honorífico de Calle Mayor de Europa por el Consejo Europeo.
Pero si estás indeciso y no tienes del todo claro por qué deberías hacer este maravilloso trayecto, te proponemos 10 razones que terminarán por convencerte:
1 Conocerás gentes de todas partes del mundo
En el Camino encontrarás personas llegadas de muy diferentes partes del globo. Desde andaluces, navarros, extremeños, madrileños, catalanes o valencianos que realiza el Camino para conocer más la cultura de su país hasta el alemán, griego, japonés, estadounidense o francés que empezó su camino para adentrarse en la naturaleza de los bosques gallegos. Con seguridad harás nuevos amigos y tendrás la oportunidad de conocer las historias apasionantes de cada uno.
2 Estarás en contacto directo con la naturaleza
La magia del recorrido se centra en la exuberante naturaleza que acompaña durante todo el transcurso de las diferentes rutas. Las flecha amarilla que te guiarán en esta aventura ofrecen al peregrino el sosiego, la belleza y la atmósfera necesaria para disfrutarlo completamente.
3 Supérate personalmente
El Camino de Santiago supone enfrentarse a perfiles montañosos complicados y zonas de extremo calor y aridez, suponiendo un reto para aquellos que lo realizan y con el que ver hasta dónde puede llegar su fortaleza física y mental.
4 Cambiará tu forma de ver la vida y revalorizarás lo cotidiano
Nunca antes una ducha o una cama te parecería tan curativa y placentera como cuando estás realizando el trayecto, tras horas caminando bajo el sol. Cualquier capricho que no sea necesario te parecerá una carga absurda que hace que tu mochila pese una tonelada. Valorarás hasta aquel plato de comida que tu madre se empeñaba en que comieras pero que a ti nunca te gustó cuando lleves varios días de agotamiento continuo y comiendo lo primero que te pongan por delante.
5 Salir de la rutina
Te llevará por sendas y lugares no planeados, que traen consigo consecuencias diferentes para cada peregrino pero estas son siempre positivas. El camino despertará facetas que no conocías de ti mismo, te llevará a tus límites y probablemente no volverás a ser la misma persona una vez hayas acabado este, pues valorarás más todo lo que posees tanto material como inmaterial.
6 No es una actividad que cueste un dineral
Quizás sea la preocupación de la mayoría, pero el qué gastarte depende de cada uno. Por lo general, los albergues municipales que se encuentran durante el recorrido, no superan los 6€ por noche y suelen disponer de cocina, es decir que no tendrás el gasto que supone comer en un restaurante. Aunque por unos 10€ puedes alojarte en los albergues privados que disponen de todos los servicios. Estos son las necesidades básicas, el resto de gastos irá en función de las necesidades personales de cada peregrino.