
Los albergues del Camino de Santiago en la Meseta castellanoleonesa están exigiendo mayor promoción turística debido a la notable caída de peregrinos durante los meses de verano. Las altas temperaturas, la fama negativa del tramo entre Burgos y León, y la falta de zonas de sombra están alejando cada vez más a los caminantes de esta región.
Tradicionalmente, julio y agosto no son los mejores meses para el Camino de Santiago, y este descenso de actividad afecta directamente tanto a los albergues como a los negocios ubicados a lo largo de la ruta. Las temperaturas abrasadoras que azotan la meseta castellana, sobre todo entre las provincias de Burgos y León, desalientan a los peregrinos año tras año.
En las últimas semanas, el panorama en lugares que normalmente son muy concurridos, como Tardajos, Rabé de las Calzadas, Hornillos del Camino, Hontanas y Castrojeriz, es desolador. La imagen de literas vacías en numerosos albergues se ha vuelto una constante, y en el peor de los casos, algunos han tenido que cerrar temporalmente por falta de usuarios.
Un ejemplo de esta situación ocurrió recientemente en Rabé de las Calzadas, donde Clementina, la propietaria de uno de los albergues, decidió cerrar a primeras horas de la tarde tras pasar todo el día esperando caminantes sin éxito. “Julio y agosto están siendo muy irregulares y extraños“, comenta Clementina, preocupada por la baja afluencia de peregrinos. Si bien en 2023 el calor ya afectó negativamente al flujo de caminantes, este 2024 está siendo incluso peor. Félix, un vecino que suele sentarse a la sombra junto al albergue, confirma la situación. “Antes pasaban grupos grandes durante toda la mañana, pero últimamente solo se ven unos pocos y muy aislados“, explica.
El albergue municipal de Hornillos del Camino, a tan solo 8 kilómetros de Rabé, vivió un escenario similar. En un día reciente, apenas registraron cinco peregrinos, una cifra extremadamente baja considerando que el albergue cuenta con 30 plazas. Aunque no es común que se llene completamente, lo habitual es que al menos 15 camas estén ocupadas cada noche. Ante esta situación, Inma, la responsable del albergue, decidió cerrar algunas habitaciones, siguiendo los pasos de su compañera Clementina. “Cada verano baja más y más el número de peregrinos“, asegura Inma.
Ambas emprendedoras coinciden en que la causa principal de esta reducción en el número de caminantes que atraviesan la meseta castellana es la mala reputación que ha adquirido esta parte del Camino de Santiago, junto con la proliferación de noticias falsas que circulan sobre la Ruta Jacobea. “El autobús de las 17:30 desde Burgos hasta León va lleno de peregrinos todos los días“, denuncian, haciendo referencia a los muchos caminantes que deciden saltarse este tramo del Camino en lugar de recorrerlo a pie o en bicicleta.
La llanura que conecta Burgos con León, unida al intenso calor que se vive durante los meses estivales, la falta de zonas de sombra, y el aparente desinterés de muchos caminantes por el impresionante patrimonio artístico y religioso que ofrece esta región, forman una combinación poco atractiva para muchos peregrinos. A pesar de la riqueza cultural que se encuentra a lo largo de este tramo, es evidente que cada vez son más los caminantes que optan por evitarlo.
En este contexto, los albergues y negocios locales demandan más promoción y apoyo institucional para destacar los valores y atractivos del tramo mesetario. “Es necesario que se difunda mejor lo que tenemos aquí“, insisten. La promoción turística de la meseta podría ayudar a contrarrestar la imagen negativa que se ha generado en torno a esta región del Camino de Santiago, devolviendo la vida a unos pueblos que dependen del paso de peregrinos para su subsistencia.
Basado en Diario de Burgos