Un Camino de Santiago «libre y abierto a todos» desde Grado - Camino de Santiago

Un Camino de Santiago «libre y abierto a todos» desde Grado

Peregrinos. Celia Garrido y Cristóbal Santiago, de Jaén, se alojaron en el albergue de Grado.
Peregrinos. Celia Garrido y Cristóbal Santiago, de Jaén, se alojaron en el albergue de Grado.

Gestión internacional. El albergue público del concejo cuenta con la peculiaridad de un sistema rotativo de hospitaleros procedentes de distintas partes del mundo

Cuando un peregrino llega a Grado tras concluir una etapa del Camino de Santiago Primitivo, siempre será una sorpresa quién gestiona el albergue. Esto es así debido al sistema de hospitaleros voluntarios rotativo que, desde hace años, impulsan desde la asociación local ligada al Camino. Potencia la internacionalidad y la hospitalidad tradicional, esa que busca que se reconozca como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

«En los años noventa desde las asociaciones empezamos a ver que se necesitaban más sitios donde acoger a la gente implantando esta forma de hospitalidad tradicional. Nuestra acogida es de donativo, de brazos tendidos, de atenderles más allá de sus necesidades físicas. Aportarles apoyo, alguien con quien hablar e intercambiar ideas», explica Emilio Lueje, quien forma parte de la Fraternidad Internacional del Camino de Santiago.

Él ve el sistema de hospitaleros internacionales como una oportunidad sin precedentes. «Hemos tenido hospitaleros de Inglaterra, Japón, Australia… Se pagan el viaje y vienen aquí gratis, durante su tiempo libre a servir al resto. Esto es una universidad, te enriqueces de una manera increíble hablando con todos ellos», detalla Lueje, que destaca que «es conocer el mundo haciendo el Camino de Santiago».

A través de esta iniciativa es como llega Rósza Benedek a Grado. Húngara de nacimiento y gallega de corazón, dejó atrás una vida acomodada en su país natal, en el que ocupaba un alto cargo en la policía, para trasladarse a Muxía y gestionar su propio albergue. «Con el Camino descubrí que la vida del peregrino es muy fácil. Te olvidas de todas las obligaciones y preocupaciones de tu día a día. Es algo al alcance de todos, en el Camino da igual quién seas o tu trabajo. Al mundo no le interesa tu orientación política. El Camino es libre y abierto», resalta Benedek.

Tal es su amor por el Camino de Santiago que antes de llegar a Grado para atender el albergue municipal, que cuenta con ocho literas —dieciséis plazas—, realizó el tramo entre Oviedo y Tineo para poder atender mejor a los peregrinos que acudiesen al albergue. «Me gusta poder explicarles cómo van a ser sus próximos pasos, en qué estado se encuentran los caminos o dónde pueden comer o alojarse», comenta.

Ahora Rósza ha cerrado su albergue para viajar como hospitalera a otros albergues de España para conocer en profundidad la zona, lo que le sirve como una forma de investigar para un futuro libro que le gustaría publicar acerca de la cultura en torno al Camino.

Leído en El Comercio

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