Extremadura, el tramo más duro del Camino de Santiago - Camino de Santiago

Extremadura, el tramo más duro del Camino de Santiago

Peregrinos en bici por la Vía de la Plata en Extremadura :: Guía del Camino de Santiago
Peregrinos en bici por la Vía de la Plata en Extremadura

Dos caminos que confluyen. Uno que entra en Extremadura por Monterrubio de la Serena y otro que lo hace por Monesterio. El primero, el Camino Mozárabe de Santiago; el segundo, el denominado Vía de la Plata. Ambos se encuentran en Mérida, donde toman el nombre de éste último, y abandonan la región por la localidad de Baños de Montemayor.

Estos son los itinerarios del Camino de Santiago que atraviesan la región de sur a norte. Las guías oficiales marcan un total de 13 etapas en Extremadura, en cualquiera de los trayectos elegidos, aunque en dos de ellas se realiza parte del recorrido por las regiones limítrofes, Andalucía por el sur y Castilla y León en el norte. Sin embargo, los peregrinos suelen emplear alguna jornada más en completar su singladura por terreno extremeño, porque las etapas son excesivamente amplias y existen alojamientos en todos los pueblos por los que pasa el recorrido.

En este sentido, en la Vía de la Plata, la Junta de Extremadura desarrolló el proyecto Alba Plata, mediante el cual construyó nueve albergues. No son parte del camino, sino de las rutas de senderismo regionales, pero son usados de manera habitual por los caminantes que se dirigen a ganar el Jubileo a la capital gallega. Suponen un total de 212 plazas de alojamiento, pero solo tres están activos en la actualidad. De norte a sur, se ubican en las localidades de Hervás, Oliva de Plasencia, San Gil, Garrovillas, Alcuéscar, Torremejía, Villafranca de los Barros, Zafra y Puebla de Sancho Pérez, según confirman desde la Dirección General de Turismo.

Abiertos al público están los de Hervás y Oliva. Del resto, «los hay que están en fase de licitación, porque ha concluido el contrato con sus concesionarios; en otros se están realizando mejoras, y en el de Alcuéscar está cedida su explotación al Ayuntamiento», informa Francisco Martín, director general de Turismo, que insiste en que la previsión es que estén todos en funcionamiento en el menor tiempo posible.

Sobre estas instalaciones, los conocedores del recorrido lamentan que, pese a estar muy bien equipadas, se han situado en puntos que no favorecen su uso por quienes realizan el camino. «Algunos de ellos, como el de Oliva de Plasencia, están alejados de la ruta y no merece la pena desplazarse hasta ellos», indica un peregrino.

Distancia

«Es el propio caminante el que elige sus etapas; más allá de las rutas establecidas, el camino empieza cuando el peregrino sale de su casa, y finaliza al llegar a Santiago de Compostela», expone Manuel Soto, presidente de la asociación de Amigos del Camino Mozárabe de Santiago de Badajoz.

La opinión generalizada es que el recorrido del camino por Extremadura es el más duro. La distancia entre las poblaciones, las zonas sin sombra y la soledad son algunos de los aspectos que influyen en esta percepción. En concreto, hay tres tramos que son especialmente complicados. Uno de ellos es el que une Casar de Cáceres con Cañaveral, donde el pasado viernes 3 de agosto falleció un peregrino alemán. La distancia de más de 33 kilómetros entre ambas localidades y la falta de puntos de agua son los principales aspectos a tener en cuenta a la hora de iniciar esta etapa. A esto se une que el albergue que hay en el embalse del Tajo se encuentra cerrado, por lo que no existe ningún lugar de alojamiento intermedio. «Se han arreglado unos problemas de humedades y está prevista su apertura para el próximo martes», afirma Martín.

Lo mismo sucede con la primera etapa en territorio extremeño entrando desde Córdoba. Entre Hinojosa del Duque, población andaluza, y Monterrubio de la Serena, ya en Badajoz, hay también más de 30 kilómetros en los que tampoco se pasa por ninguna otra localidad.

Menos distancia entre municipios hay en la parte sur de la Vía de la Plata. Sin embargo, las grandes extensiones de viñedos en Tierra de Barros hace que no existan árboles que ofrezcan sombra a los caminantes. Este es un punto que preocupa a las asociaciones, que insisten en que, sobre todo en verano, se planifiquen las salidas en las horas de menor calor. También en la necesidad de protegerse del sol.

El problema de la ausencia de puntos de agua es una de las reivindicaciones más destacadas de los peregrinos, pero tiene difícil solución. Por ello, la recomendación de llevar bebida suficiente para evitar la deshidratación es una constante.

En lo que a los alojamientos se refiere, las guías detallan que existen cerca de 70 establecimientos en el conjunto de localidades por las que discurren los dos recorridos del Camino de Santiago en la región, aunque no todos se encuentran abiertos. En la parte del Camino Mozárabe, incluida la ciudad de Mérida, hay 24 alojamientos referenciados, mientras que en la Vía de la Plata existen 46. Son de tipologías muy diversas. «Se ha conseguido que haya puntos en los que dormir en todas las localidades por las que se pasa y nuestra intención, pensando en el futuro, es que haya albergues en todos los municipios», manifiesta Soto.

Por el momento parece lejano que esta petición se transforme en realidad y desde la Asociación de Amigos del Camino Mozárabe se ha optado por llegar a acuerdos con hostales, casas rurales y otros alojamientos para que acojan a los peregrinos con precios especiales.

Esta coyuntura ofrece unas amplias posibilidades a los caminantes. Hay quienes prefieren alojarse solo en albergues, buscando acercarse a una experiencia más tradicional, pero también están los que optan por establecimientos de mayor categoría. «Hay hasta alojamientos de cuatro estrellas adheridos a las rutas», detalla Soto. Además, como el trayecto se puede realizar andando, en bicicleta o, incluso, a caballo, los peregrinos deciden pernoctar en los lugares que más se ajustan a sus características o preferencias.

Por lo general, la dotación de los albergues está bien valorada por los responsables de las asociaciones. Ofrecen las comodidades básicas, los peregrinos tienen cocina a su disposición y algunos tienen lavadoras, aire acondicionado o calefacción. También los hay que están adaptados para personas con discapacidad.

Con los nueve albergues del proyecto Alba Plata, en Extremadura hay 70 alojamientos de estas características. No todos se ubican en el recorrido del Camino de Santiago y hay que tener en cuenta que muchos peregrinos optan por establecimientos de otro tipo, pero el número de pernoctaciones que suman son significativas. «En los albergues se contabilizaron 13.159 viajeros en 2017, de los que solo el 7,6% eran extranjeros, y pasaron 38.113 noches», afirma el director general de Turismo, que añade que estos turistas apenas representan el 0,8% del total regional.

Estos datos son una muestra más de que los tramos extremeños del camino no están masificados, por lo que la oferta de plazas de alojamiento se ajusta bastante a la demanda. En ninguna época del año existen los problemas que sí se dan en el Camino Francés o en algunos otros puntos de la zona norte, cuando los peregrinos encuentran dificultades para acceder a una cama.

Caminar en solitario puede hacer que la sensación de dureza sea más pronunciada. Pero es algo que también es muy valorado por algunos peregrinos, que hablan de encontrarse a uno mismo y de la parte más espiritual de la experiencia. «El valor del patrimonio cultural que se encuentra en los municipios por los que se pasa es elevado y estamos apostando por el turismo religioso», comenta Martín, que cita las ciudades Patrimonio de la Humanidad de Mérida y Cáceres y las ermitas e iglesias que jalonan el trayecto.

Un peregrino llega en bicicleta al albergue de Mérida. :: Un peregrino llega en bicicleta al albergue de Mérida. :: / Brígido

Patrimonio natural

«El recorrido por Extremadura te permite estar en permanente contacto con la naturaleza; la biodiversidad, yendo de sur a norte, es muy destacada y se discurre por zepas, zonas que son Lugares de Interés Científico (LIC)… Es un camino de muchas emociones», detalla el presidente de la asociación Camino Mozárabe

Los meses con mayor afluencia de gente son los que van de marzo a mayo. «Los picos pueden ser de unas 30 personas en los albergues, pero en el resto del año no se alcanzan estas cifras», dice Juan Ramos, presidente de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Sevilla, que es la entidad que se ha encargado de señalizar el recorrido por la Vía de la Plata en Extremadura, debido a que en la provincia de Cáceres no hay ninguna asociación y a que las existentes en Badajoz tienen pocas ayudas.

Precisamente, la señalización es una parte fundamental del camino. En la actualidad, con las aplicaciones móviles y los sistemas de localización, no es tan determinante como hace un tiempo, pero sigue siendo la mejor forma de orientarse sobre el terreno.

En la zona de Cáceres, los peregrinos han trasladado a las asociaciones quejas sobre el estado de las señalización. «Las obras del AVE han provocado daños y no se están solucionando», concreta Ramos, que considera que el camino es responsabilidad de la administración y en Extremadura no se está demostrando mucho interés. «Nos gustaría que la Comunidad se implicara más», apostilla.

Los trabajos en las infraestructuras de la Alta Velocidad han obligado a cambiar algún tramo. «Lo que puede conducir a error y debería corregirse», indica Soto, quien añade que se trata de un recorrido sencillo y que siguiendo las flechas amarillas y los mojones de la Vía de la Plata no existe problema para completar el recorrido.

De todos modos, la duplicación de señales, entre el Camino de Santiago-Vía de la Plata y las rutas de senderismo, que también se denominan Vía de la Plata, pueden confundir a los peregrinos, porque los recorridos son muy similares pero que no siempre coinciden.

Las flechas oficiales que marcan el camino son amarillas y en mayo de este año el Consejo Jacobeo realizó unas recomendaciones para adaptar la señalización. Extremadura no forma parte de este organismo, pese a ser la comunidad con más kilómetros de recorrido. Solo entre las etapas de la Vía de la Plata con inicio y final en la región suman 316 kilómetros y, en el caso del Camino Mozárabe, ascienden a 325.

Estas distancias hacen que los peregrinos que completan todo el recorrido pasen cerca de dos semanas en la región. «Son potenciales turistas», entiende Soto. Una razón más para potenciar el Camino.

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