En busca de otro Año Jacobeo. Tras un año santo de duración excepcional (2021 y 2022), responsables de albergues del Camino Primitivo y del Camino del Norte confían en que en este 2023 se mantenga la tendencia. Los dos últimos años representaron la recuperación tras el parón marcado por la pandemia, y tanto las cifras como las reservas mueven al optimismo.
Tras el fuerte descenso del 2020, en el 2021 se notó una importante recuperación, aunque sin llegarse a los niveles del 2019. Respecto al 2022, en esta información no se pueden ofrecer los datos de todo el año, ya que en la Oficina de Atención al Peregrino del Arzobispado de Santiago de Compostela explicaron en días pasados que no estaba cerrado el balance.
No obstante, sí hay indicios potentes de que el 2022 fue un período de recuperación en esas dos rutas. Entre el 1 de enero y el 15 de agosto del año pasado, por el Camino Primitivo pasaron 12.930 peregrinos, mientras que el del Norte fue usado por una cifra muy similar (12.641). El Camino de Santiago mostraba el pasado verano, en sus distintos itinerarios, una clara tendencia a la recuperación.
Responsables de albergues recuerdan el 2022 con satisfacción, pero también esperan un balance similar al final de este 2023. José Muñiz, que en Moreira (Castroverde) tiene un albergue, no duda en afirmar que el año pasado fue «buenísimo». Traza buenas perspectivas para el actual: «Para éste, ya hay reservas», dice.
Entre los que prevén pasar por su albergue en meses próximos hay mayoría de extranjeros. En esos hay un comportamiento distinto al de los españoles: «La gente de fuera normalmente no suelen tener prisa. Como mucho se toma un mes de vacaciones y pasa quince días en el Camino. Lo veo en gente de Canadá, de California, de Suiza…»,. explica. Esa ausencia de prisa va acompañada de algo que parece ofrecer la ruta: «Se agradece mucho la tranquilidad», asegura.
«La gente viene tranquila»
Nito Castro tiene un albergue en San Román da Retorta (Guntín), en el que ya se han recibido reservas para los próximos meses. Españoles y extranjeros se reparten prácticamente al 50% y parecen coincidir en su comportamiento: «La gente viene tranquila, no quiere fiestas. Es un camino de peregrinos. El que viene a la fiesta hace una etapa, pero luego ya no puede más», explica Castro, que resalta la dureza del itinerario entre A Fonsagrada y Lugo ciudad.
Mari Carmen Fernández, que atiende un albergue en O Cádavo (Baleira), recuerda con satisfacción el 2022 porque algunos días, afirma, se llegó al 100% de ocupación. «De año en año hay más peregrinos y hay más infraestructuras. Una cosa lleva a la otra: si hay servicios, es más fácil para los peregrinos», opina.
Los peregrinos extranjeros son mayoría, y tanto la tranquilidad como el entorno parecen reclamos poderosos para ellos: «Esta es una ruta muy natural, y que también tiene su encanto», dice. Como el dueño del citado albergue de Guntín, reconoce que el Camino Primitivo es un itinerario «muy exigente» en algunos tramos.
Para María Xosé Pernas, que tiene un albergue en el casco urbano de Vilalba, el 2022 fue un buen año. «Había ganas de salir». Sin embargo, cree que el Camino del Norte empieza a mostrar una cierta tendencia al estancamiento: «No baja, que ya es algo», dice, aunque también observa que no registra el crecimiento de otras rutas.
En las reservas de este año hay españoles y extranjeros, algo que ya se notó en el 2022: franceses e italianos volvieron a recorrer esta ruta, igual que los alemanes, que, dice, «son habituales». Jaime Prieto, que tiene un albergue en Castromaior (Abadín), reconoce que la presencia de peregrinos extranjeros, especialmente alemanes, resulta importante para el Camino del Norte; por tanto, advierte que la situación de Europa en los próximos meses, relacionada con la guerra en Ucrania, será decisiva.
Esperando normalidad
De todos modos, también admite que tiene reservas para los próximos meses, y confía en que este 2023 sea un año «normal, como los de antes de la pandemia». Teniendo en cuenta las cifras anuales, calcula que el 80% de los clientes son extranjeros: gente que, dice Prieto, elige la ruta que entra en Galicia por A Mariña y sigue por la Terra Chá por la sensación de tranquilidad que le ofrece.
Leído en La Voz de Galicia