Los pueblos jacobeos de Aragón invitan a conocer un patrimonio histórico muy rico y son una excelente opción para aquellos que, además de hacer el Camino de Santiago, buscan tranquilidad y disfrutar de la naturaleza sin masificaciones.
Laura Arnedo / Heraldo
El Camino de Santiago, además de fe, constituye también una experiencia cultural, turística y deportiva que realizan personas de todo tipo de intereses y gustos. Los monumentos medievales están entre sus principales atractivos turísticos, pero los visitantes no se limitan a estos. Los pueblos que forman parte del tramo aragonés de la Ruta Jacobea ofrecen unos paisajes de belleza incalculable y merecen mucho la pena visitar.
Estas son algunas paradas imprescindibles si vas a aventurarte a hacer el Camino de Santiago Aragonés.
El Paso del Somport
En el alto de este puerto de montaña, a 1.640 metros de altitud, da comienzo la ruta que atraviesa los Pirineos y desciende por el valle del Aragón.
En esta ubicación podemos disfrutar de la naturaleza en estado puro: altas cumbres y paisajes espectaculares que te dejarán con la boca abierta.
La Estación Internacional de Canfranc
Es el edificio insignia de este pueblo pirenaico que tiene diversas influencias arquitectónicas y que se concibió por los visitantes extranjeros como el gran escaparate de España. Se realizan visitas guiadas que muestran al visitante el esplendor que todavía conserva.
Hoy en día acoge el Canfranc Estación A Royal Hideaway Hotel.
Villanúa
Está situada a los pies del pico de Collarada y su casco antiguo todavía conserva muestras de arquitectura popular. Y también podemos disfrutar de la cueva de las Güixas si descendemos unos metros bajo tierra, un espacio natural único con estalactitas, estalagmitas y otras estructuras calcáreas.
Castiello de Jaca
Este pueblo es la puerta de entrada al valle de la Garcipollera y uno de los principales del Camino de Santiago. Es conocido como ‘el pueblo de las cien reliquias’ porque la iglesia parroquial alberga en una arqueta estos restos sagrados desde tiempos de la cristiandad.
Es una parada obligatoria en la Ruta Jacobea que te sorprenderá con sus espectaculares paisajes.
Santa Cilia
Es una localidad de la Jacetania situada en un entorno natural de gran belleza debido a su ubicación: el Prepirineo aragonés.
El núcleo urbano de este pueblo jacobeo está declarado como conjunto histórico artístico del Camino de Santiago, con El Palacio, construido entre los siglos XV y XVI.
Puente de la Reina de Jaca
Se trata de un cruce de caminos y una etapa obligada del Camino de Santiago desde el siglo XII. A un kilómetro aguas arriba del actual puente se esconde la villa de Astorito, residencia de verano de los reyes y reinas de Aragón.
Se ubica cerca de otros lugares clave en la provincia de Huesca: Santa Cruz de la Serós y el Monasterio de San Juan de la Peña.
Arrés
Esta localidad se encuentra en la ruta principal de la Vía Tolosana y dispone de un albergue u hospital que gestionan hospitaleros y amigos del Camino de Santiago.
Su torre, perteneciente a un castillo fortaleza de estilo gótico datado en la segunda mitad del siglo XV, está declarada Bien de Interés Cultural.
Mianos
Esta hermosa villa se alza en un pequeño altozano que desde su casco urbano ofrece unas maravillosas vistas.
Su pasado medieval se refleja en la estructura actual del pueblo, prácticamente intacta. La iglesia fue castillo fronterizo y defensivo en el pasado. No obstante, su origen se remonta a la época romana.
Artieda
El pequeño pueblo de Artieda se eleva en lo alto de un promontorio al sur del embalse de Yesa. Se pueden realizar infinidad de actividades al aire libre y deportes de aventura gracias a su proximidad a los valles de Hecho y Ansó.
De su perfectamente cuidado casco urbano destacan la iglesia románica de San Martín de Tours y el Palacio de los Diezmos.
Ruesta
En esta pequeña localidad fronteriza se ubica la ermita de Santiago, que data del siglo XI y destaca su castillo, restos de una antigua fortaleza musulmana. Está situado entre las comarcas de las Altas Cinco Villas y La Jacetania y tiene dos albergues que están abiertos durante todo el año, Casa Valentín y Casa Alfonso, dos antiguas casonas rehabilitadas.