Este tramo es perfecto si tan solo se disponen de pocos días para disfrutar la experiencia del Camino de Santiago
Sarria es un enclave estratégico para comenzar el peregrinaje, pues supone la distancia mínima para poder obtener el reconocimiento de la Compostela, el documento que acredita la peregrinación a la tumba del apóstol Santiago. Es una buena opción para aquellos que se atreven a realizar el recorrido por primera vez, ya que se puede abordar en tan solo cinco días y la dificultad de los tramos es baja, algo que lo hace muy adecuado también para aquellas familias que deciden hacerlo con niños. En este viaje, de 110 km, se atraviesan frondosos bosques de castaños y robles, y hórreos, ermitas y cruceiros son protagonistas, así como verdes prados y pintorescos pueblos y aldeas.
Estas son las etapas en las que se suele divide esta parte del célebre Camino Francés: Sarria-Portomarín (22 km), Portomarín-Palas de Rei (25 km), Palas de Rei-Arzúa (29 km), Arzúa-O Pedrouzo (20 km), y O Pedrouzo- Santiago de Compostela (20 km).
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Lo más emblemático del peregrinaje de Sarria a Palas de Rei
Si tuviéramos que nombrar una de las poblaciones con más albergues de todo el Camino de Santiago sería, sin lugar a duda, Sarria. Este pueblo aparte de ser, como ya hemos dicho, un icónico punto de partida, alberga monumentos de interés como la Torre de la Fortaleza de los Marqueses de Sarria, el monasterio de la Magdalena de la Orden de la Merced y la iglesia de San Salvador, ambos del siglo XIII, o la iglesia románica de San Fiz de Reimóndez, entre otros, y si hay algo que es imprescindible destacar es la «Escaleira da Fonte», hoy llamada Escalinata Mayor, por donde todos los peregrinos empiezan, o siguen, su camino.
La salida de Sarria está marcada por el histórico puente da Áspera. Por delante queda cruzar la vía del tren y, acto seguido, una ligera ascensión para llegar al pueblo de Barbadelo, donde se puede visitar la iglesia románica de Santiago del siglo XII.
Luego se atraviesan más pueblecitos como Rente, Mercado da Serra, Leiman, Peruscallo y Morgade, y 800 metros después de este pueblo, se encuentra uno de los más famosos y fotografiados mojones de todos los caminos de Santiago, ¡el mojón de los últimos 100 km!
A pocos metros, se llega a Ferreiros, al que le siguen pueblecitos en descenso. Finalmente, se halla un puente sobre el río Miño; al cruzarlo, unas escaleras en ascenso conducen a Portomarín.
De Portomarín sobresale la iglesia de San Nicolás, de estilo románico y declarada bien de interés cultural, y la iglesia de San Pedro, del siglo X, aunque consagrada en el siglo XII, y que ostenta el título de Monumento Histórico Artístico.
De esta localidad a Palas de Rei, el peregrino se enfrenta al reto de la distancia más larga sin ningún tipo de servicio ni de pueblo o aldea, unos 7,5 kilómetros hasta Gonzar. Es recomendable en este trayecto visitar la iglesia de Santa María de Gonzar, un templo de estilo barroco al que envuelve una interesante leyenda.
Pocos kilómetros después se cruza el pueblo de Castromaior, famoso por su iglesia románica y por su castro del siglo V-IV a. C., que está pegado al camino. La ruta continúa, ya por asfalto, dejando atrás antiguos hospitales, Ventas de Narón y otros pueblecitos hasta que se llega a un enclave del pasado muy importante: Ligonde. Le siguen más localidades como Lestedo y Brea antes de llegar a Palas de Rei.
El recorrido de Palas de Rei a Santiago es, por la proximidad a la tumba del Apóstol, muy emotivo
La etapa Palas de Rei-Arzúa es la más larga que proponemos en este viaje y pasa por bonitos pueblos como Campaña hasta abandonar la provincia de Lugo y llegar a O Coto, que ya pertenece a la provincia de La Coruña. Desde aquí se comienza un camino en descenso que lleva al pueblo de O Leboreiro, donde se encuentra la iglesia gótica de Santa María de Leboreiro.
Tras él, unos bosques casi de cuento llevan a Furelos, donde su puente medieval sobrecoge por su belleza. A continuación, Melide, epicentro del reconocido y exquisito «pulpo del camino».
A partir de aquí, el tramo se hace más difícil, con fuertes subidas y bajadas que discurren por la localidad de Boente, Castañeda, Ribadiso —donde se encuentra el albergue de la Xunta de Galicia, uno de los más bonitos del camino— y seguidamente nos encontraremos en Arzúa.
La sexta etapa, Arzúa-O Pedrouzo, es tranquila y fácil a nivel físico. Se pasan las aldeas de Preguntoño, Taberna, Calzada, Salceda… hasta llegar a A Rúa y O Pedrouzo, última parada antes de llegar a Santiago de Compostela.
Ya con la expectación de saber que se está a las puertas de Santiago, se emprende la última etapa en la que se encuentran aldeas como Amenal, San Paio, y se pasa por la cabecera de la pista de aterrizaje/despegue del aeropuerto de Santiago. La siguiente población es Lavacolla, en la que, según la creencia, los peregrinos hacían en su río un aseo para limpiarse por fuera y por dentro.
Después se sube hasta Vilamaior para luego llegar al enclave famoso del Monte del Gozo.
Los últimos 4,7 kilómetros que se hacen para llegar a Santiago despiertan sentimientos muy contradictorios: querer llegar, cumplir el objetivo, y, por otra parte, no querer hacerlo porque es sinónimo de que la experiencia habrá terminado.
Sea como sea y se sienta, lo cierto es que en este itinerario de Sarria a Santiago no falta de nada para poder vivir la esencia del Camino de Santiago, y, si lo que desea es vivir la aventura de este peregrinaje famoso a nivel mundial y además conseguir la Compostela, pero no dispone de mucho tiempo, no lo dude, anímese y recorra lo que hemos citado.
¡Buen Camino!
Leído en La Razón